sábado, 28 de diciembre de 2013

¿Sí o no? La respuesta.

Sí, vuelvo a hablar del tema Catalunya-España... Y sospecho que no será la última vez.


Ya tenemos pregunta sobre la independencia de Catalunya. Y aunque lo que plantea es si se quiere "independencia sí o no", la realidad es que estamos un paso antes, defendiendo si "consulta sí o no".

Y no sé si es cuestión de miedo, o cuestión de autoridad, pero los defensores del "no" (no a la independencia, y no a la consulta, que creo que son los mismos que defienden el no a la independencia) parecen no contemplar la posibilidad de que en una consulta (del tipo que sea) resulte que una mayoría de catalanes voten en contra de la independencia.

Supongamos que la negativa fuese por una simple cuestión de autoridad... "no se consulta porque no está previsto que tú consultes sin mi consentimiento, y como mando yo, no voy a darte ese poder". Eso estaría muy feo en democracia...


Una variación sería que fuera una negativa porque sí, por llevar la contraria, sin argumentos, sin alternativas (vamos, lo que ha estado haciendo el PP, y en particular el Sr. Rajoy, en todo su último periodo en oposición, y que se empeñan en seguir haciendo). Pero eso no sería propio de buenos políticos...


Así que vamos al otro supuesto: el miedo. Miedo a que realmente salga una mayoría que sí quiere la independencia (con sus consecuencias para España, a nivel ideológico como la ruptura de la unidad de España, o económico como la pérdida de uno de los motores más importantes y que más aportan a España). Y supongamos que es ese miedo el que provoca la posición extrema en contra. Vale. Pero si se piensa que una amplia mayoría de catalanes, de personas que viven y trabajan en Catalunya (que no se trata únicamente de los políticos catalanes), votarían a favor de la independencia... ¿no sería más lógico, constructivo y eficaz plantearse qué está pasando, en vez de decir no a todo?, ¿no es una postura sin ninguna visión, una actitud bastante apolítica, negarse en redondo a todo e ignorar la realidad? 

Simplificándolo un poco: si a mí, siendo líder de un equipo, unos miembros de mi equipo, de los que rinden mejor, me manifiestan que se quieren ir y formar su propia empresa, lo último que se me ocurriría hacer es decirles: "no, no os lo voy a permitir, y no lo podéis hacer, porque hay un contrato y queriéndoos ir lo que haréis es partir la unidad del equipo, y no hay nada más que hablar". Así lo que conseguiría es que tengan aún más ganas de marcharse, e incluso probablemente haría que más miembros del equipo quisieran irse.

Lo que yo haría sería, primero, hablar con ellos, entender sus motivos, y luego buscar alternativas, negociar algo que les convenza para quedarse, y buscar excepciones con Recursos Humanos si es necesario: más vacaciones, subida de sueldo, bonos de retención de personal, flexibilidad horaria, bonos de comida, contrato indefinido si no lo tienen... O como mínimo saber qué estarían dispuestos a recibir para quedarse, considerar hasta dónde puedo llegar yo, ver si es algo que se les puede dar más adelante al menos... vamos, lo que es negociar. Y si después de todo no es posible llegar a un acuerdo, pues tampoco me conviene tener en mi equipo a unas personas desmotivadas que sólo están pensando en marcharse. Mejor las dejo ir, y con el menor mal rollo posible (nunca se sabe a quién te vas a encontrar cuándo y dónde, o a quién vas a necesitar en algún momento), ya que en realidad es su derecho.

Pero mi lógica debe ser poco lógica. O quizás hay algo más detrás, que no tengo en cuenta en mi razonamiento. ¿Intereses de algún tipo? ¿Incapacidad personal o política de algún tipo?


No sé... pero lo que sí sé es que ante una amplia postura social y política (primero social), que pide de forma pacífica un derecho democrático (votar), lo único que se está haciendo desde el partido en el Gobierno es decir que no, que no y que no. No a la independencia y no a votar. Ni se puede, ni se quiere hacer nada al respecto... 

Y efectivamente no se está haciendo nada, absolutamente nada, para primero entender esa postura, y segundo buscar maneras para que la gente que se quiere independizar cambie de opinión, o al menos se reduzca el número de personas. Hacer propuestas, dar opciones, buscar alternativas, negociar. Nada.


Algunos de los argumentos que se oyen contra la consulta y contra la independencia: que si no es constitucional (se podría comparar a la Iglesia defendiendo la Biblia, palabra de Dios, a capa y espada) y por tanto es ilegal; que si fomenta la división entre los catalanes; que si sería un desastre para Catalunya (entre otras cosas, porque quedaría fuera de la Unión Europea); que si es competencia de todos los españoles y no algo que tengan que decidir sólo los catalanes...

Vamos a ver... Para empezar, lo que se está pidiendo ahora mismo es simplemente saber cuántos catalanes quieren una Catalunya independiente y cuántos no. Lo que se haga una vez sabido, ya es un paso más allá, una discusión más allá, una negociación más allá. Me parece bastante ridículo (y nada democrático) negarse en redondo a una consulta en estas circunstancias.

La Constitución. Vale. En principio creo que lo que dice la Constitución es que para que una Comunidad Autónoma haga un Referéndum se lo tiene que permitir el Estado, o sea el Gobierno. Es decir... que la Constitución es una mera excusa para no decir sencillamente que al Gobierno no le da la gana. En todo caso, si realmente fuera un problema de la Constitución, ¿por qué no plantearse abrir un debate y considerar cambiar algo?, ¿cuál es el problema? Al menos considerarlo... Y no hablo ahora de cambiar la Constitución para que la independencia sea legal, sino simplemente para que se pueda hacer un Referéndum con valor político. Vale que la Constitución pide unos procedimientos concretos, pero es que además no se quiere facilitar nada. Se supone que las leyes (la Constitución incluida) están para regular la democracia y la realidad del momento, digo yo.

Lo de que fomenta la división entre los catalanes me hace mucha gracia (o pena, no sé exactamente...). Cuando al menos un par de millones de catalanes (que además no son únicamente los que tienen más de 3 generaciones de catalanes) se han manifestado repetidamente a favor de decidir su futuro o de ser independientes, y cuando en las votaciones autonómicas la gran mayoría a votado a partidos a favor de la independencia o al menos de la consulta... es bastante demagógico decir que caminar hacia la independencia separa a los catalanes: si eso los separa, ¿no los separa de la misma manera el caminar hacia quedarse como estamos? El hecho es que unos quieren ser independientes y otros no. Esa es la realidad. Lo ha sido desde hace muchos años. Y dentro de Catalunya, entre los catalanes (inmigrantes o no), creo que nunca ha habido grandes problemas al respecto (los problemas más grandes se crean, o se inventan, fuera de Catalunya). Se trata de saber cuántos quieren una cosa y cuántos la otra, y actuar en consecuencia. Estoy de acuerdo en que cuando se habla de independencia hay que tener en cuenta a los que no se quieren separar. Pero también, cuando se habla de mantenernos en España, hay que tener en cuenta a los que sí se quieren separar. Lo que es necesario saber es cuál es la mayoría y en qué grado.


Lo de que no estaríamos en la Unión Europea, es un poco como lo de la Constitución... en principio (yo personalmente creo que si llega el caso entonces veríamos realmente lo que dice Europa) cumplimos lo necesario para estar en la Unión Europea, y probablemente se trataría de salir, pedir el ingreso, ser aceptado por todos los países, y entrar. Y claro, si España no lo acepta, pues no estaríamos en la Unión Europea. Aunque también se dice que quizás España también tendría que salir... Y además, igual no es tan malo salir de la Unión Europea. En todo caso no creo que a Europa le interese que una Catalunya independiente no esté en la Unión, y seguramente habrían acuerdos en el peor de los casos.

Y en cuanto a que el futuro de los catalanes lo tienen que decidir todos los españoles... en fin... ya lo comenté en otra entrada, pero a mí me parece muy básico que los catalanes, o quien sea, tienen el derecho de decir lo que ellos quieren que sea su propio futuro. Otra cosa es que se les deje hacerlo o no, en qué condiciones, y que se dificulte o se facilite en un grado u otro. Pero que Galicia, el País Vasco, Extremadura o Murcia, por ejemplo, tengan que votar qué les parece la independencia de Catalunya, me parece tan descabellado como que Finlandia, Bulgaria, Francia o Malta tengan algo que decir en el caso supuesto de que España quisiera irse de la Unión Europea. Dicho esto... vale, si no hay más remedio, pues que hagan entonces un Referéndum con la participación de toda España; al menos así ya sabríamos cuántos catalanes quieren una cosa u otra, aparte de saber qué piensan en las demás Comunidades Autónomas.


Cuando hablamos de mucha gente... pero mucha... millón y medio o dos millones de personas que pacíficamente se han manifestado repetidamente (más los que no se hayan manifestado pero estén de acuerdo con los manifestantes, que algunos más habrá), expresando que quiere marcharse, o al menos que se pregunte quién quiere marcharse... quizás sea suficiente para darse cuenta de que hay un problema que solucionar, de una forma o de otra, pero por las buenas. Y no querer saber cuántos quieren marcharse es querer ignorar el problema.

Si no hay mayoría, se acabó el tema (al menos el de la independencia, por ahora). Y si hay mayoría, pues o los dejas marchar, o los convences para que se queden y que además se queden con ciertas ganas. Porque, para estar peleados, mejor divorciarse, ¿no? Lo complicado es gestionar un resultado de alrededor del 50%, pero ni me atrevo a elucubrar qué se podría hacer en esa situación... 


En todo caso, los políticos y los no políticos de fuera de Catalunya no deberían estar tan ocupados con la pregunta, sino con la respuesta. El problema o la preocupación no debería estar en la pregunta, en qué se pregunta, cómo y cuándo, sino que lo importante debería ser qué se responde y sobre todo qué se hace con la respuesta, sea cual sea, por una parte y por la otra.


Si en casi 40 años de democracia y autonomías no hemos logrado que esto funcione bien, y de hecho cada vez funciona peor, pues quizás ya va siendo hora de cambiar algo. En este país (y me refiero a España), en vez de educar los valores de la diferencia, la riqueza de tener diferentes culturas y lenguas, que además hay muchas y muy variadas, en vez de potenciar el respeto y el entendimiento de todas las comunidades... en vez de eso, por los intereses o ideologías que sea, se ha permitido e incluso provocado la crítica exagerada y el roce con culturas diferentes dentro de España, ignorando las diferencias, las identidades, las relaciones.

Y no se trata simplemente de decir que unidos todo va mejor, que juntos hemos salido y saldremos de los problemas, y blablablablabla. Vamos, lo que se limitan a hacer el PP y la Corona (y creo que las buenas intenciones del Rey son genuinas, aunque sin más trascendencia), entre otros. Se trata de hacer algo para unirnos y mantenernos unidos, y que eso funcione bien para todas las partes.




Por otra parte, independizarse no tiene por qué significar no colaborar, no tener acuerdos comerciales, etc. Y en cuanto a separar familias... vamos... si yo tengo familia en Madrid o en Extremadura, que yo tenga otra nacionalidad no tiene necesariamente que significar ningún cambio en la práctica. Cuando estuve viviendo en Holanda, mi relación con mi familia no creo que fuera muy diferente a si hubiera estado viviendo en Cádiz, por ejemplo.

Total, que los argumentos (por llamarlos de alguna manera) lanzados hasta ahora por los anti-independentistas, no me convencen nada... más bien me hacen ser más independentista. Y aún me convencen menos los argumentos anti-consulta. En todo caso, definitivamente, la realidad española sí que me convence bastante para estar a favor de la independencia (y sin necesidad de pasiones ancestrales, sino llanamente por no gustarme nada lo que veo y vivo, y querer algo diferente). Lo de mejor solos que mal acompañados... Algunas cosas irían mejor. Otras peor (temporalmente, creo). Otras igual de bien o de mal. Pero como mínimo sería una buena oportunidad de reformularse, de reorganizarse, de casi empezar de cero y construir desde ahí algo con más substancia que lo que tenemos ahora, a todos los niveles.


De hecho, la terrorífica imagen que se nos da por parte de algunos del supuesto desastre para Catalunya si fuera independiente, no cuela. Cuando alguien me quiere convencer de lo malo, muy malo, horrible, que es algo (y encima sin demostrarlo), más bien creo que esconde algo, que tiene un interés para ello, y lo que dice pierde toda mi credibilidad. Lo mismo pasa cuando se me dice que absolutamente todo es bueno, claro. Mejor tener una opinión más objetiva:


- Entrevista a Jonathan Tepper en el programa Singulars de TV3:


- Documental en ingles sobre la relación de Catalunya con España ("Spanish Secret Conflict"):



Por cierto, la opción de Federación/Confederación, me parece muy bonita (de hecho es la que siempre he preferido), pero depende totalmente de los que no quieren cambiar nada, así que intentar dirigirse a esa opción unilateralmente es bastante inútil.

Y acabo dejando este enlace a una página, que hace una serie de reflexiones que en mi opinión tienen mucho sentido, y el enlace a la entrevista a Artur Mas tras pactar la pregunta.

En fin... que sea lo que la gran mayoría de la gente quiera...

miércoles, 25 de diciembre de 2013

LA VIE D'ADÈLE, Chapitres 1 et 2 (La vida de Adèle, Capítulos 1 y 2), V.O.S.

Se me hizo bastante larga. Aún así es una buena película, que se podría describir como una película de emociones.

Se trata de una película francesa basada en la novela "Le bleu est une couleur chaude" ("El azul es un color cálido").

El inicio te atrapa fácilmente. La película te va metiendo completamente en el personaje de Adèle, la protagonista, y ves su vida a través de sus ojos.

Sí, es una película de temática lésbica. Y de hecho se podría decir que contiene todo un tratado de sexo lésbico (no sé si tiene el visto bueno de la comunidad lesbiana), que quizás se podría haber reducido. 

Pero realmente el tema lésbico está llevado con mucha naturalidad y resulta ser más una película de sentimientos que una película lésbica, aunque lo sea. Es decir, ves a una persona, Adèle, con quien estás compartiendo su forma de vivir su vida, lo que siente, sus relaciones con el mundo exterior, y en particular su vivencia de una historia de amor, independientemente de que sea con otra chica. Se podría haber hecho prácticamente la misma película con personajes gays o heterosexuales, con los mismos valores, mensajes y emociones.

No creo que sea fácil no caer en el uso de la homosexualidad como "el tema", y en cambio presentarlo como algo más cotidiano, una base que es casi una excusa para explicar otra cosa, que yo resumiría como: el sufrimiento de Adèle.

La película consigue que veas a Aldèle como una persona real, que sufre mucho por diferentes causas, y lo de ser lesbiana pasa a ser en cierta forma secundario. Evidentemente el tema homosexual ayuda mucho a explicar la historia. Pero Adèle no sufre específicamente por ser lesbiana. Sufre por lo que le pasa, cómo le pasa, y por temas personales, familiares, emocionales, etc., que en conjunto le llevan a esos sentimientos.

El título lo dice todo. Es un relato de un par de capítulos de la vida de Adèle: su familia, su escuela, sus amistades, su trabajo, su sexualidad, su primer amor, sus emociones, su soledad.

No sabes qué va a pasar, ni prevés cómo va a acabar, pero tampoco es importante. El énfasis está en el "ahora", en lo que le pasa a Adèle en cada momento y lo que siente por ello.

Visualmente es una experiencia de acercamiento a la realidad que se nos explica. Planos muy cortos sobre las caras de los personajes, te enfrentan con ellos y sus sentimientos. En particular los primerísimos primeros planos sobre Adèle nos narran una historia de sentimientos a través de su cara o partes de ella.

Todos los actores y actrices hacen un trabajo magnífico, destacando por supuesto a las dos protagonistas, y la interpretación de Adèle en particular, que es excelente. Consiguen que veas la historia como algo tan real como la vida misma.

El único punto negativo bajo mi criterio es la duración de la película. Son 3 horas que realmente se me hicieron demasiado largas. Es cierto que las escenas largas pueden ayudar a meterte en la situación y en los personajes. Pero creo que con un par de horas hubiese sido suficiente para condensar el mensaje y las emociones que la película quiere transmitir.

Ah, y no me resulta creíble la escena que ocurre en un local público que incluye un momento sexual... Me cuesta creer que nadie en el local lo vea y reaccione al respecto.

La recomiendo siempre que tengas tiempo y ganas de meterte en la vida de una chica que lo pasa mal, con su momento feliz, y con un final abierto que te hace desear la felicidad de Adèle de ahí en adelante. Una felicidad que quizás nunca llegará. ¿O sí?

domingo, 3 de noviembre de 2013

Teatro: ZOOMWATTS

Es un cuento musical, como ellos mismos lo llaman. Pero es más que eso. Aporta una frescura, unos componentes y unos matices que lo hacen diferente.

Son cuatro personajes que nos cuentan a través de canciones un cuento sobre los cuentos de siempreacompañados de piano, contrabajo y batería, en vivo y en directo.

Aunque está claramente destinada a los niños, la historia, que es relativamente simple, no deja de tener su gracia. Además hay de vez en cuando un interesante juego con los actores interpretando a personajes que a su vez interpretan a otros personajes.

La escenografía es muy sencilla, permitiendo e incluso potenciando que se dé rienda suelta a la imaginación con lo que se va narrando o cantando a lo largo del cuento.

Los cuatro actores, dos chicas y dos chicos, interpretan las canciones con una gran soltura y aportan unas muy buenas voces. Las diferentes canciones tienen música muy variada, y se van enlazando con pequeños diálogos entre una y otra, de una forma muy dinámica y amena. Los tres músicos, que tocan en el escenario tras los actores, sin duda enriquecen el espectáculo. De forma que independientemente de la historia, se puede disfrutar perfectamente ya sólo de las canciones durante los 60 minutos que dura la obra. 


No tengo del todo claro si es una obra para niños (está recomendado a partir de los 7 años) o para adultos con ganas de disfrutar de una muy buena y original interpretación de un cuento. Quizás algunos niños pequeños se aburrirán con las canciones, a pesar de la expresividad y dinamismo de los actores. Quizás para ciertos niños más mayores sea demasiado infantil y no lleguen a valorar las voces y la música en vivo. En todo caso, yo, como adulto, he disfrutado de este musical familiar, porque aunque esté destinado a los niños, está realmente muy bien hecho.

Tan bien hecho que podría considerarse una obra recomendada para enriquecer a los niños con un espectáculo de calidad, sencillo como concepto, pero lleno de ingredientes que lo convierten en una experiencia, más auditiva que visual, fuera del común y usual teatro para niños.

Total, buenas voces, buena música, y una historia muy distraída. Muy recomendable.


viernes, 1 de noviembre de 2013

CUENTOS CRUENTOS (teatro)


El principio es desconcertante. ¿De qué va esto? ¿Qué están haciendo? ¿Qué está pasando?

Nadie aplaudió tras el primer cuento.


Luego vas entrando en calor, te vas metiendo en el ritmo, en los intérpretes (tanto de cuentos como de música), y empiezas a disfrutar.


El espectáculo se podría resumir como "tres personajes que nos cantan una serie de cuentos muy modernos (y cruentos), acompañados de un cuarteto de cuerda". Pero no es exactamente eso.


No es una obra de teatro al uso. No es un musical. Tampoco es un concierto. Lo importante no son los actores. Ni las canciones. Ni la música. Ni siquiera los cuentos. Lo realmente importante es el encaje de todas las piezas en un solo espectáculo, que lo enriquece y lo hace una experiencia fuera de lo común.


La interpretación de los tres "protagonistas" es impecable. No sólo son fantásticos cantantes sino que además son magníficos actores, cambiando de registro a cada cuento y entre cuento y cuento.


Al excelente cuarteto de cuerda se le da la relevancia que merece y realmente disfrutas de la música en sí misma. Además, en algunos casos sus intervenciones aportan al espectáculo ciertos toques de ingenuidad y frescura.


Los cuentos están basados en los tradicionales, pero transportados a la vida y problemáticas actuales, y con desenlaces nada parecidos a un final feliz: crueles, tristes, y hasta escatológicos.


En todo caso el humor es una constante que siempre reaparece a lo largo de la obra.


A veces resulta difícil entender la letra cantada, y hay que agudizar el oído y hacer cierto esfuerzo extra para seguir el texto. Pero en general las historias se comprenden bien.


Se completa la experiencia con cierta interacción con el público, que hace una serie de pequeñas aportaciones a lo largo del espectáculo. Si sumamos que vi la obra en un pequeño teatro (el Teatre Gaudí de Barcelona) donde tienes a los actores a pocos metros, la sensación es mucho más interesante.


Total, se trata de una obra muy diferente a lo que estamos acostumbrados: humor, sarcasmo, canto, música, frescura, interpretación, provocación, interacción... La actuación de todos los artistas, tanto los actores/cantantes como el cuarteto de cuerda, inmejorable. Un espectáculo muy dinámico y divertido sin finales felices. ¡Totalmente recomendable!





lunes, 24 de junio de 2013

Mi rinitis no alérgica y yo

Mi historial con mi rinitis se remonta a diciembre de 2011. Evidentemente ésta es sólo mi experiencia, que nadie se asuste (aprensivos e hipocondríacos que se abstengan de leer a partir de este punto; he avisado).

Al principio parecía una congestión invernal... que no se pasaba... Finalmente en mayo fui a mi médico de cabecera (creo que ahora se llaman médicos de familia): espray (que no me sirvió de mucho), analítica para un primer descarte o no de alergias, y radiografías. Tras ver que en el análisis y en las radiografías salía todo normal, me derivó al otorrino. Lista de espera... (la usual + recortes).

La cuestión es que el lado izquierdo de la nariz estaba permanentemente cerrado, y el derecho se abría y se cerraba cada x horas, a placer. Cuando todo estaba cerrado, tenía que respirar por la boca. Y, oh, cosas de la vida, no sé dormir respirando por la boca, resultando en que dormía una media de 4 horas cada noche (bastantes noches 2 o 3 horas... no lo recomiendo). El tormento era morirme de sueño y no poder dormir hasta que al lado derecho le diese por abrirse (a la hora que le pareciera bien, claro). Todo muy guay.

En agosto ya tuve la primera visita con el otorrino (grata sorpresa al entrar en la consulta y ver que el doctor en cuestión estaba de muy MUY buen ver): cornetes más grandes de lo normal, lesión en el orificio izquierdo (vamos, una especie de verruga) y tabique ligeramente torcido hacia la izquierda. ¡Línea!, seguimos para Bingo. Prueba de alergias para ver si era rinitis alérgica o no alérgica, y resonancia para ver el tema del tabique.

En diciembre, tras otra cita de control con mi otorrino, fui a la mutua del trabajo, para que me operasen más rápido. Pero no me convenció nada lo que me dijo el médico tras examinar mi nariz. Así que seguía con mi otorrino de muy buen ver.

Finalmente, en enero de 2013 ya quedó claro que me operaban, con anestesia general (por la verruga, a pesar de ser una operación sencilla y ambulatoria) y quedé en lista de espera prioritaria.

La intervención era una radiofrecuencia de cornetes, y básicamente se trata de quemar los cornetes con microondas, de forma que ya no crezcan y por tanto no obstruyan el conducto nasal. Y además había que extraer la verruga, que era lo más aparatoso por la sangre que fácilmente sale de la nariz. Además está la limitación del orificio por el que hay que intervenir. Así que para que tanto el doctor como yo estuviésemos más tranquilos durante la operación: anestesia general.

Con la tortura de la falta de sueño, fui de nuevo en abril a suplicarle a mi otorrino que me operase ya. Por desgracia había que seguir lista de espera estricta, pero al menos me hicieron las pruebas de preoperatorio (analítica, electro y visita al anestesista).

Finalmente el 23 de mayo (fecha memorable) ¡me operan! La noche anterior y esa mañana tenía que tomar unos medicamentos para ir preparado a la operación, que me dejaron bastante grogui. ¡Muchas gracias Carlos C. por llevarme al Hospital de Terrassa y devolverme a casa después! (en esa fecha mis padres estaban lejos de vacaciones).

La operación fue bien, unas tres horitas hasta que me desperté, pero la recuperación resultó más larga de lo que yo esperaba (y deseaba). Paciencia (es decir, más paciencia). Después de 4 días, viendo que la cosa iba para más largo de lo que yo ingénuamente creía, pillé la baja. Tenía visita de revisión con el otorrino el día 11 de junio.



Entre tanto, la noche del viernes 31 de mayo (otra fecha memorable...) tengo una cena en Barcelona. Al acabar de cenar, voy al aseo, y me sueno suavemente, resultando en una hemorragia que no había manera de parar. ¡Cómo quedó el aseo! (a la altura de las mejores pelis gore). Lo dejé lo mejor que pude, y me fui a urgencias del Hospital Clínic. ¡Muchas gracias Carlos L. por acompañarme hasta allí, y esperar hasta que me pilló la doctora por banda!

Creo que desde mis peores ataques de lumbago no había sentido tantísimo dolor. Qué tortura que te metan 3 o 4 gasas que parecían kilométricas, en lo más profundo de la nariz. Y para proteger el tabique de la presión de todo ese tapón del lado derecho, en el izquierdo me pusieron una especie de esponja rígida del largo de un dedo índice. ¡Alegría, alegría!


Tras la hemorragia y la noche en urgencias.
Me propusieron quedarme en observación toda la noche, y acepté encantado sumido en un mareo y el dolor. Apenas dormí, pero a las 8h mis constantes vitales (presión y temperatura) estaban bien, el dolor levemente disminuido con los chutes de calmantes, y me dieron el alta de urgencias. Paracetamol e Ibuprofeno para calmar un poco el dolor y antibiótico para evitar que se infectase todo. Reposo, nada de movimientos bruscos ni coger pesos, y comer cosas frías y suaves. Me fui a casa de mis padres.


Judías y brocoli,
frío y machacado,
y batido de frutas con pajita.
Tuve que mantener los kilómetros de gasa dentro de la nariz durante 4 días. Si la hemorragia revivía, habría que poner otro tapón más doloroso e incómodo (uf...). Si la cosa se complicaba más, intervención en quirófano.

El dolor y la molestia de esa nariz de Mr. Potato que queda después tampoco fueron muy agradables que digamos (incluyendo fuertes dolores de cabeza).


Al cuarto día con el tapón, fui a mi doctor para que me lo quitara. Al quitarlo, menos dolor que al ponerlo, pero Déu n'hi do... El tabique estaba hecho un desastre con la presión de las gasas, pero todo parecía bajo control. Reposo, hielo en la nuca, acabar el antibiótico, lavados con suero y se mantuvo la visita para el 11 de junio.

Encontrar las diferencias

Me explicó el doctor que al estar yo dormido durante la operación, aprovechó para apurar mucho más y asegurarse de que dejaba un buen espacio y que no se reproduciría el problema (normalmente, con anestesia local, no apura tanto porque el paciente está despierto). Quizás quedó una vena o arteria (no recuerdo) muy cerca y con la inflamación y tal, pues me tocó hemorragia (parece que sólo habían tenido un par de casos de hemorragia con este tipo de operación... ¡y me tocó! ¡Bingo!).


Evolución de la hemorragia y el tapón.

Tras quitar el tapón la cosa mejoró mucho, ya no estaba tan hecho polvo, y ya no había dolor fuerte, sólo molestias. Bien. El doctor me puso en la nariz una especie de cartoncillos con un olor muy fuerte y algo desagradable, que se deshacían al cabo de unos días. ¡Y por suerte mi nariz iba recobrando su tamaño original!

¡Qué sensación oler de nuevo! Todo olía muy intensamente. Alguna pequeña hemorragia de tanto en tanto, nada grave. Al cabo de unos días me fui a casa y el día 10 de junio de madrugada... ¡hemorragia gorda de nuevo! En el lado izquierdo esta vez. ¡No, no, no, no, por favor, no! Papel, hielo en la nuca, cabeza en alto, presión en la nariz... pero no paraba... ¡No, no, no, otra vez no! Sólo de pensar que me tuvieran que poner otra vez un tapón, me cogió una angustia y un temblor muy fuertes. No sabía qué hacer, ni dónde ir... Me puse a dar vueltas en la casa con papel higiénico en la nariz, totalmente bloqueado. Además no sabía dónde ir a urgencias en mi barrio (sin tener que ir en coche, claro).

Me vestí y fui al CAP de mi zona. De camino me saqué un momento el papel de la nariz y seguía sangrando un poco. Llegué y no había urgencias (estaba cerrado) pero vi un cartel que indicaba los dos CAPS donde habían urgencias esa noche. Busqué en el Google Maps del móvil dónde caían y cuál quedaba más cerca y me fui para allá... Después de andar un rato volví a comprobar y parecía que ya no sangraba... ¡Uf! Me fui para casa, más hielo en la nuca y me mantuve despierto un par de horas, por si acaso... Dormí un poquito y me fui a la visita que tenía con el otorrino, aún temblando.

Después de revisar, el doctor vio que la cosa estaba delicada... muchas costras de sangre y la nariz muy reseca. Pomada, lavados suaves de suero y visita en una semana.

Sin más hemorragias, el 18 de junio el otorrino vio que todo tenía mucho mejor aspecto, y ya lo dio por bueno. Pedí el alta y al día siguiente, ¡a trabajar! ¡Y por fin al gimnasio de nuevo después de varios meses!




Total, que ha sido toda una experiencia, que por suerte ya ha quedado atrás. Ahora es toda una nueva sensación esto de respirar y dormir (esas cosas que hace la gente normal...). Notar tanto aire de golpe en las fosas nasales, hasta da cierto dolor... Ya puedo salir por la noche, llegar tarde a casa... ¡y dormir! Ya puedo comer y beber sin tener que respirar por la nariz... ¡o besar si se diese el caso!

En fin, como me dijo alguien una vez: "Respirar es importante". : )


¡Muchas gracias a los que más o menos seguisteis mi operación y la hemorragia y me ibais preguntando cómo estaba!

domingo, 23 de junio de 2013

EL HOMBRE DE ACERO (MAN OF STEEL)

Bien, bien, con peros, pero bien. Me ha gustado.

ATENCIÓN: más abajo no desvelo nada sobre la historia, pero sí que menciono alguna cosa que quizás no esperas o querrías descubrir viendo la peli. Queda dicho.

Al ver esta película evidentemente yo tenía en mente al Supermán de 1978 con Christopher Reeve. Hubo varias partes de ese Supermán llamémosle inicial, y en 2006 vino Superman Returns con Brandon Routh, que la encuentro un simple remake un poco aburrido y que no aporta gran cosa (casi todo me recuerda a la del 78). Siete años más tarde tenemos este Hombre de Acero con Henry Cavill, el primer actor no americano (es británico) que encarna a Supermán.



Está muy bien llevada. No es fácil hacer una nueva versión de una historia tan conocida (al menos por la gente de alrededor de mi generación). Claro, en esencia es la misma historia: Krypton, Jor-El y Lara, Kal-El/Supermán/Clark Kent, el Daily Planet, Lois Lane, Smallville, el General Zod, Metrópolis... Pero aún así, no sólo se han ajustado algunos hechos (ligera o contundentemente), sino que además se le ha dado un punto de vista mucho más realista. Hay un esfuerzo por mostrar un Supermán con sentimientos profundos, más humano, no sólo el Supermán superhéroe al que estamos acostumbrados.

Además, tanto el bueno como el malo tienen una historia, tienen un motivo para ser como son, tienen una evolución "natural" que te hace entender más a los personajes.

Hay pequeños momentos de humor, sobretodo irónicos, pero nada que ver con el Supermán de 1978 donde los aspavientos humorísticos eran mucho mayores. Por otra parte, Supermán era simplemente "perfecto", mientras que aquí es un personaje con un pasado "traumático", con emociones (más allá de la atracción por Lois), que sufre, que duda, que se sorprende, que no puede siempre con todo... que no se afeita (al menos hasta que se pone el traje)...


Evidentemente es una peli sobre Supermán, pero Krypton y los kryptonianos cobran muchísimo peso en la historia. No sólo es una peli de superhéroe, sino que además es una peli de ciencia ficción. Y todo muy bien combinado.

La primera parte profundiza mucho en el pasado de Supermán (incluyendo Krypton), y casi echas de menos que pasen más cosas... mientras que la segunda parte es acción, acción, acción y más acción, y aún más acción. Demasiada acción, lucha y destrucción, sin parar. Está muy bien hecho, los efectos son fantásticos. Pero sobra al menos un tercio de toda esa acción. Cuando parece que ya está, volvemos a empezar... No hacía falta. Es apabullante, que puede ser una sensación buscada, y que no es mala en sí, pero te deja exhausto (y con ligero dolor de cabeza).

De tanta acción, ni siquiera eché de menos a Lex Luthor...

Los actores son muy buenos. Aparte de Henry Cavill, destaco a Russell Crowe y Kevin Costner, el padre y padrastro de Kal-El / Clark Kent.

Teniendo en cuenta que la segunda parte de la peli es una sobredosis de acción, si no tienes problema con eso, te la recomiendo. Es una historia diferente de la misma historia; un muy buen Supermán, más complejo, más real, y con ciencia ficción.

sábado, 22 de junio de 2013

SOUND OF MY VOICE, V.O.S.

Es una película sencilla. No tiene nada espectacular... gente cotidiana (con sus peculiaridades...), lugares cotidianos, sin grandes efectos, sin grandes movimientos. Sencilla.



Aún así, te mantiene alerta durante toda la película, preguntándote qué pasará... No sabes qué esperar, no sabes cómo acabará. Hasta que escena tras escena llegas a un final que sí es espectacular por lo sorprendente que es.

Es un final abierto que te deja libre interpretación... pero lo interpretes de una forma o de otra, te deja pensando y con la boca abierta. Brillante.

Es una película que se puede resumir en dos o tres frases. Lo importante no es la historia, sino cómo te mete en esa historia, y a dónde te lleva.

La actuación es impecable. Todos los personajes se hacen muy creíbles. Los principales son personajes un poco peculiares, pero muy bien interpretados.

Lo mejor con esta peli es dejarse llevar, no pensar mucho en cómo van a acabar las cosas (lo pensarás igualmente) y meterse paulatinamente en los personajes, lo que hacen y lo que les va pasando, sus relaciones, sus maneras de pensar...

Si no te aburren las películas donde parece que "no pasa mucho", te la recomiendo. Está muy bien hecha.


No pongo el trailer porque en realidad ves toda la película menos el final, sin introducirte en los personajes y la situación. Mejor que veas la peli directamente.

lunes, 17 de junio de 2013

CLOUD ATLAS, V.O.S.

Empiezo a ver esta película de 2012 (adaptación de una novela de 2004que no he leído, escrita por David Mitchell) y veo que quiere confundirnos mucho. Pero mucho.

La película abarca varios siglos, y prácticamente siempre sin previo aviso vamos haciendo saltos atrás y adelante. Son 6 historias en total. Pero eso no es lo que más confunde. Hay otro pequeño "toque de gracia", que desvelaré más abajo, que es lo que más confunde e intriga, haciéndote pensar "¿Pero qué demonios se pretende conseguir con esto?". Luego vas viendo qué se pretende.

Es ciencia ficción pero tiene drama, comedia, misterio y romanticismo, todo muy bien entretejido. Pero lo importante en realidad no es ni la comedia, ni el drama, ni la ciencia ficción... Lo importante es el concepto que se va hilando en la película, en cada una de las historias, y en todas ellas juntas.

Es una película de algo menos de 3 horas, pero en general no se me ha hecho larga (con alguna pequeña excepción). Buena banda sonora, visualmente muy buena, hay escenas realmente bonitas, y los efectos muy conseguidos, aunque por suerte no es sólo una peli de efectos especiales sin nada detrás.

Los actores, buenos ellos ya de por sí, hacen muy buenos papeles, sobre todo por la flexibilidad que algunos demuestran a lo largo de la película. El maquillaje es a veces genial, otras... no tanto y más bien distrae.


*ATENCIÓN: NO ES UN GRAN SPOILER, PERO DESVELO UN PAR DE COSILLAS EN ESTE PÁRRAFO, ASÍ QUE MEJOR QUE TE LO SALTES SI NO HAS VISTO LA PELI (dicho queda)*. Lo que más confunde al principio (y no tan al principio), hasta que pillas un poco la idea, es que los mismos actores aparecen en las diferentes historias, con su caracterización correspondiente, y no entiendes por qué. Además de que cuando te das cuenta de que son los mismos actores con diferentes maquillajes, estás un poco pendiente de reconocer a los actores en los diferentes personajes. A medida que avanzas en la película, hay pequeñas conexiones entre las historias, y finalmente te das cuenta de que en realidad la idea es que presente, pasado y futuro están conectados, y las personas en cada uno de los tiempos también. Los héroes en una época son quizás villanos en otra (el mismo actor), o a la inversa. Un poco la idea (budista) de que no hay cielo ni infierno, sino vidas que se suceden, hechos, experiencias y relaciones con otras vidas. *FIN DEL SPOILER*.


Seguramente es una de esas películas que o te encanta o la detestas. Quizás es demasiado confusa. Aunque seguro que si la veo de nuevo descubriré más detalles que le irán dando más sentido a la historia tras las historias.

Total, que si te gusta pensar y encajar las piezas de un puzle, en una película con mucha calidad visual, te la recomiendo.

martes, 23 de abril de 2013

:-) SMILEY 100

Pues sí, he repetido. Y repetí muy pronto (hace menos de 20 días que la vi por primera vez, como podéis leer en este enlace). Pero me volví a reir, y volví a soltar lagrimilla.

Era la celebración de las 100 funciones de esta obra, coincidiendo con el día de Sant Jordi, día de los enamorados en Catalunya. Muy adecuado.

Pude comprar el libreto, firmado por el autor y director de la obra, Guillem Clua, hicieron un 2x1 para parejas que llevaran libro y rosa, o que se diesen un beso frente a la taquilla, regalaron chapas de la obra, y finalmente hubo un sorteo de una noche para dos personas en una masía del s. XVIII. Que, por cierto, no me tocó.

Esta vez yo estava sentado más cerca del escenario. Y pude añadir algo importante a la experiencia que tuve la primera vez: ver las lágrimas de Bruno (Albert Triola), y creo que incluso de Àlex (Ramon Pujol), que lo tenía un poco más lejos.

Si ya tenía claro que son dos grandes actores y que realizan una interpretación magnífica, las lágrimas de Albert Triola entre dos momentos cómicos, haciendo alarde de versatilidad y flexibilidad, no solo reafirmó mi opinión, sino que además me acercó más a los personajes, a su vivencia, a sus sentimientos.

Hubo también un pequeño guiño al día de Sant Jordi (en relación con un libro que aparece en una escena); simplemente un par de palabras añadidas al diálogo, que a los que ya habíamos visto la obra, nos hizo mucha gracia.

Y poco más que añadir. Una obra que hay que ver.

:-)







Por cierto, me hizo gracia volver a ver a los dos actorazos en la presentación del "20è Memorial Internacional de la SIDA, Projecte dels Noms", donde actué como miembro de la coral Barcelona Rainbow Singers. Aunque eché de menos la camiseta de tirantes y la camisa de cuadros... :-)




martes, 9 de abril de 2013

Teatro: SMILEY, UNA HISTÒRIA D'AMOR

¡Magnífica!... Sí, sí, ya empiezo así. Me ha encantado.

La obra está creada y dirigida por Guillem Clua, e interpretada únicamente por dos actores: Ramon Pujol (Àlex) y Albert Triola (Bruno). Es una tragicomedia (mucho más comedia que tragedia) romántica, que nos narra, en resumen, una historia de amor que es "como la mitad de las películas que existen".

Pero no sólo nos habla del amor, de ese Amor con mayúscula que la gran mayoría queremos encontrar. Ni mucho menos. Aunque es el amor (y la atracción sexual, en segundo plano) la esencia y el hilo conductor desde el brillante monólogo inicial hasta el emocionante momento final, la obra además nos presenta (literalmente incluso) y nos desmenuza la comunidad gay: tópicos, características, arquetipos, prejuicios, variedad...; y, por otra parte, hace un repaso del uso actual de las tecnologías de comunicación: Gmail, Facebook, Grindr, WhatsApp... En definitiva es una historia de amor entre dos gays en un mundo obsesionado por el contacto virtual e inmediato donde se desarrolla una lucha contra la superficialidad.


Es una crítica con muchísimo humor sobre el comportamiento (estereotipado) de los gays en las relaciones amorosas y sexuales, y sobre el uso compulsivo de los diferentes sistemas de comunicación a distancia existentes en la actualidad.

Aunque es claramente una comedia (¡me reí tanto...!), hay momentos de reflexión bastante profundos y con un punto dramático, que inmediatamente se compensan con un comentario o un gesto que te arrancan de nuevo una sonrisa o una carcajada; incluso hay un par de momentos en los que me costó reprimir las lágrimas. Vamos, un poco de todo, como la vida misma.

Las historias son muy verosímiles, muy realistas. Todos (los gays) podemos reconocer prácticamente todo lo que se narra, y sentirnos identificados con varias de las situaciones que se muestran, ¡si no con todas!

Es evidente que la obra cuenta con la colaboración de Estrella Damm, pero el patrocinio está integrado bastante bien en lo que se va contando y no llega a distraerte de la trama.

Todos los temas se presentan con una completa naturalidad. Y aunque evidentemente el público homosexual, masculino en particular, es el que más conecta con esta obra, es un espectáculo para todas las orientaciones sexuales. Es una obra totalmente heterofriendly: los heteros con mentalidad abierta la disfrutarán e incluso descubrirán ciertos aspectos de la comunidad gay que posiblemente no conocían.


La obra se compone de una sucesión de escenas realizadas solamente por dos actores y sin cambiar el escenario. Se van sucediendo monólogos, diálogos, comentarios al público, pensamientos hablados, de una forma muy dinámica y en un juego espacio-temporal muy sugerente, que hace que la hora y media de obra te pase casi sin darte cuenta.

Aunque el final es previsible, no importa lo más mínimo. Lo importante es cómo se llega a ese final, y por qué. Y en realidad aunque te esperes cómo acabará todo, eso no le resta ni un ápice de emoción al desenlace.

Los actores: extraordinarios. Los dos. Una interpretación inmaculada casi durante toda la hora y media de actuación, y totalmente creíble. Capaces de hacerte reír a carcajadas y de hacerte sentir tristeza o melancolía, intercalar un gag muy gracioso, y seguir con la misma intensidad y profundidad que antes. Destaco los cambios de registro entre comedia y drama de Ramon Pujol, con una gran expresividad, interpretando sus textos con intensidad y naturalidad, en particular el primero, que genera toda la historia a través del hilo rojo de su teléfono fijo; y la flexibilidad de Albert Triola al parodiar a otros personajes o estereotipos, haciendo que dejes completamente de lado a Bruno, para volverlo a recuperar momentos después. El autor/director y los actores consiguen meterte en los personajes, que te identifiques con ellos, y que te enamores de ellos, cada uno con sus virtudes y sus defectos.

La música elegida casi se convierte en un personaje secundario que arropa las escenas y ayuda perfectamente a que los dos personajes, sus monólogos y sus diálogos impacten aún más si cabe.

La gente de mi generación, que hemos vivido unos cuantos años sin Internet, sin móviles y hasta sin ordenadores, podemos constatar cómo ha cambiado todo hasta la actualidad: un mundo lleno de prejuicios y obsesionado por la inmediatez, lo virtual, la superficialidad, el aspecto, las etiquetas y el cuerpo; y esta obra nos da esperanzas de que el amor romántico y la famosa media naranja aún pueden existir a pesar de las diferencias y barreras infranqueables que nos imponemos.


Guillem Clua (© David Ruano)
Lo que fácilmente podría haber sido un absoluto caos de contextos de espacio (¿dónde está el personaje?), de personajes y parodias (¿quién es ese personaje?), o de contextos de diálogo (¿a quién le habla el personaje?), está tan bien resuelto que en ningún momento me he liado ni he dudado sobre qué estaba pasando.

Se podría decir que es teatro en el sentido más puro, que no necesita de escenarios ni decorados específicos para transportar al espectador a otro lugar o a otro momento, ni para transmitir una emoción. Y todo manteniéndote enganchado a la historia, escena tras escena.

Por cierto, es la primera vez que he podido agradecerle directamente al autor y director de la obra lo que he disfrutado al verla, ¡y de forma virtual, por supuesto! Muy acorde con la obra...

Ah, y si cuando vayáis a ver la obra os ofrecen sentaros en los asientos "de bar" de primerísima fila, no temáis que os hagan hacer o decir cosas, ni que os saquen al escenario.

Total, una obra deliciosa, que me ha hecho reír muchísimo, que me ha hecho pensar, y que me ha hecho sentir. La recomiendo sin dudarlo y al 100%. De hecho, la volvería a ver.

"Dos punts... un guionet... i un parèntesi tancat".

:-)

P.D.: Y he vuelto a verla...


(Actualmente [Abril 2013] en el Club Capitol - Sala 2 de Barcelona)