sábado, 6 de septiembre de 2014

Teatro: VERSUS


Es la segunda obra que veo del autor y director José Pascual Abellán (no hace mucho vi "Las cosas que faltan") y ya soy fan suyo y de su teatro. Un teatro profundo, desgarrador, que lanza temas de vida para la reflexión. Un teatro donde se ven las tripas y el corazón del autor y donde los actores no tienen más remedio que dejarse la piel.

Versus es el tiempo congelado y la vida pasando de un lado al otro de una pared de metacrilato. En cada lado hay una mujer, son hermanas, que con la excusa de las visitas a prisión sacan a la luz conceptos como la culpa, la mentira, la justicia, el optimismo y el pesimismo, la fraternidad, la libertad y la falta de ella, el castigo, la impotencia ante las circunstancias, la esperanza, el impulso de expresar lo que se lleva dentro... Sentadas frente a frente comparten lo que les atormenta, mirándose sin poderse tocar, a veces sin realmente verse la una a la otra.

La escenografía se reduce a un murete con una mampara encima, dos sillas y dos teléfonos. No hay más. Con eso se consigue dividir el pequeño escenario del teatro Versus de Barcelona en dos partes infranqueables. Esa simplicidad se complementa con un reflejo de cada actriz en esa línea de separación, proporcionando un juego visual que enriquece las escenas, haciendo que virtualmente los dos personajes traspasen esa barrera y se sitúen juntos al otro lado. Además, es una metáfora que, como en El Mito de la Caverna, nos recuerda que a veces vemos reflejos de la realidad que no son la realidad (como de hecho sucede con estos dos personajes).

La obra está interpretada por dos actrices: Raquel Saiz y Giovanna Torres. Dos actrices separadas en todo momento por el metacrilato y unidas sólo por un teléfono. Todo lo demás son palabras, gestos, miradas, lágrimas, tonos y volúmenes de voz, sonrisas. No hay nada más. Nada. Un trabajo de interpretación muy duro e intenso para las actrices. Y aunque el texto es en ocasiones demasiado literario, las dos actrices consiguen absorberte y hacerte vivir con ellas este drama palabra a palabra, emoción tras emoción.

Hacia el final, en una de las conversaciones el autor desvela su as en la manga. Y lo hace de forma natural, sin darle importancia, sin pavonearse de ello. A partir de ahí, la historia y los personajes cobran otro significado. Y el goteo de escenas te lleva al desenlace en el que acabas echo polvo, que de eso se trata, gracias al buen trabajo realizado en la obra, tanto de interpretación como de guión/dirección.

La obra te atrapa en ese minimalismo visual (que no de contenido), te hace remover algunos conceptos y pensar en ellos, y vivir durante 70 minutos el día a día de los dos personajes que prácticamente se configuran como el yin y el yan de un solo personaje.



Incluso se podría interpretar la obra como un sueño, o más bien una pesadilla, donde una persona se enfrenta consigo misma y lidia con sus culpas, sus miedos, sus esperanzas, sus mentiras, hasta que finalmente no hay más discusión y acepta la realidad tal como es, asumiendo las consecuencias de sus actos.



En todo caso la obra consigue transmitirte ese sentimiento de aprisionamiento, no físico, sino emocional, con paredes creadas por la culpa, los errores, las mentiras.


Si quieres pensar, sentir, pasar por una obra que es una experiencia nada superficial, sentir la intensidad de la interpretación de sólo dos personajes que hablan, te recomiendo que vayas a ver Versus. De hecho, para sacarle todo el jugo, voy a repetir.

Esta vez no cierro con un trailer, ya que no he encontrado ninguno que refleje bien la historia sin descubrir nada, así que dejo una imagen del autor, José Pascual, al que he tenido la suerte de conocer, una gran persona. ¡Gracias por compartir tus entrañas a través del teatro!



martes, 26 de agosto de 2014

Teatro: LAS COSAS QUE FALTAN

Es una obra inspirada en una historia real. Está escrita y dirigida por José Pascual Abellán e interpretada magistralmente por Paco Blázquez, Ana Casas y Denís Gómez.

Cuando fui a verla ya sabía la temática de la obra. Sin embargo, recomiendo ir sin saber NADA. Absolutamente NADA (bueno, aparte de lo que yo cuento aquí, antes del vídeo). Si te enteras de qué va, no pasa nada. Pero si no lo sabes, la obra posiblemente te añadirá algún sentimiento más durante los primeros minutos (incertidumbre, curiosidad, cierta confusión).

Y es que esta obra es básicamente una explosión de sentimientos y emociones de principio a fin. Frustración, alegría, ira, sorpresa, ilusión, amor, empatía, desesperación, duda, miedo...

Al ir a verla, hay que tener en cuenta que se trata de una obra dramática, a pesar de que durante la obra hay un par de momentos que te hacen reír. A mí me saltaron las lágrimas un par de veces a lo largo de la obra. Y al final de la obra la emoción se hizo conmigo...

Como dice el título, a todos los personajes les falta algo, y a lo largo de la obra van mostrando su interior y van surgiendo esas necesidades no satisfechas. Y surgen de una forma hiriente, con sufrimiento, con dolor. Casi como un complicado parto.



Hay un tema central, pero la obra va un poco más allá, lanzando también otros temas de reflexión como la vida en pareja (homosexual), los objetivos que uno se pone en la vida, las decisiones, los compromisos, las motivaciones.

En escena hay tres personajes, Martín, Jaime y Laura. Los tres actores hacen una interpretación exquisita, consiguiendo que las emociones les salgan por todos los poros y lleguen al espectador sin filtros. A pesar de que en un primer momento parece que Martín es el principal personaje, en realidad es Jaime quien lleva el hilo de la obra. El actor logra expresar perfectamente las explosiones de sentimientos (tanto positivas como negativas) minuto a minuto. Sin menospreciar en absoluto el excelente trabajo de los otros dos actores, creo que el papel de Paco Blázquez le permite desarrollar una interpretación más intensa, que sabe llevar muy bien a su destino.

Aunque en algunos momentos, pocos, el guión me parece un poco forzado, algo exagerado, llevado demasiado al extremo, los tres actores te llevan a su campo, te hacen sentir lo que los personajes sienten, te hacen, en definitiva sentir e incluso empatizar con cada uno de ellos.

La puesta en escena, ayudada por la iluminación y la delicada música, tiene varios momentos muy emotivos, ayudados evidentemente por la interpretación.

Y ver la obra en un pequeño teatro como el Versus de Barcelona, donde tienes a los actores a pocos metros, sin duda realza todo el valor de la obra. Ves las caras de sufrimiento, la tensión en las manos, los ojos rojos tras las lágrimas... 

En definitiva, si no te importa que remuevan tus sentimientos en una obra donde se te hace pensar y quieres ver una excelente actuación, sin duda te recomiendo "Las cosas que faltan".

ATENCIÓN: lo que escribo después del vídeo desvela la temática de la obra. Yo recomiendo no leerlo antes de haber visto la obra.



El tema que llena la obra es la paternidad de una pareja homosexual, que hasta cierto punto se puede extender a su correspondiente heterosexual. Aunque el resorte del argumento se crea a partir de lo que lleva a esa pareja a recurrir a un vientre de alquiler (gestación subrogada), se trata también la cuestión de la paternidad en sí: qué significa ser padre, qué implica, qué se necesita para serlo.

La obra te permite reflexionar sobre esos temas, y como comentaba más arriba, es un tema que se extiende a otros temas: la toma de decisiones y las dudas que nos asaltan para tomarlas, la vida en pareja y lo que significa una relación estable, la maternidad y la paternidad, los procesos posibles legales o no legales para tener un hijo, lo que nos falta para sentirnos completos, cómo nos enfrentamos a esa carencia y cómo actuamos, la pérdida de un ser querido o la posibilidad de perderlo...

Si bien se lleva la situación a un extremo, eso ayuda a remover los sentimientos y los pensamientos del espectador, y dejarnos algo tras salir de la sala del teatro. Gracias.

viernes, 1 de agosto de 2014

NEVARES


Una gran producción en un gran escenario.


Es una adaptación en concierto del musical "Nevares" escrito por Ignasi Roda, que se basa en un cuento de Pere Calders llamado "Aquí descansa Nevares".

La música estuvo interpretada por la Orquesta Sinfónica de Sant Cugat del Vallès, y fue cantado por un coro mixto de unas 15-20 personas, además de los solistas Mone Teruel, Txell Sust, Laia Piró, Toni Viñals, Marc Pujol, y Ferran Frauca, con el narrador y solista Xavier Ribera-Vall. Menciono también la colaboración de mi compañero de coro, el gran pianista Josep Antón García.

El argumento se basa en la historia de los habitantes de un barrio de barracas y barro a las afueras de la Ciudad de México, que sufren unas pésimas condiciones debido a los desastres traídos por las recurrentes lluvias y la nula atención prestada por el ayuntamiento de la ciudad para mejorar la situación, y en la aparición de un líder, Lalo Nevares, que quiere trasladar a toda la gente de ese barrio a un cementerio para vivir en los mausoleos de los difuntos de la gente acomodada. El mensaje del derecho a tener una vivienda digna se expresa a lo largo de toda la historia; mensaje que se puede trasladar a diferentes lugares y momentos fácilmente.

La interpretación fue excelente tanto por parte de la orquesta como por parte del coro y los 7 solistas. Una música muy rica y unas voces que saben transmitir el sentimiento de cada momento a lo largo de la obra.


En varios momentos la melodía nos sorprende al variar de estilos. Algunos pasajes están llenos de emoción y tienen muchísima fuerza. Mientras que otros se prolongan quizás demasiado, quitándole dinamismo a la obra.

La incorporación de un narrador, en intervenciones aparentemente aleatorias, ayuda a seguir el desarrollo de la historia.

Si bien hay una progresión creciente a lo largo de la obra, con varias canciones apoteósicas en diferentes puntos, eché de menos un final más marcado, más impactante.

Por desgracia en la vertiente técnica el sonido tuvo varios fallos, dejando algunos de los solistas sin amplificación en varios momentos, o no compensando las voces con algunos de los fortissimo de la orquesta, quedando así la voz eclipsada por la melodía.

En algunos momentos algún solista no estaba suficientemente iluminado en comparación con el resto, pero la iluminación fue muy buena, cooperando perfectamente a definir los diferentes ambientes a lo largo de la obra.

Finalmente, el entorno del Teatre Grec de Barcelona fue un marco perfecto para esta obra épica, en un espacio natural, al aire libre, y con su valor artístico e histórico, ayudando a crear la atmósfera de la obra.

En todo caso, fueron dos horas de muy buena música y muy buenas voces, con una dosis de actuación y movimientos escénicos que ayudan a explicar la historia. Una única representación de la obra que hizo levantar de sus asientos a todo el público mientras aplaudía al acabar. 













TOCA! TASTA! OLORA!




De la mano de Enric Lluch, intérprete de lengua de signos, amigo, y miembro de la empresa Punts Suspensius (que ofrece subtitulación y servicios lingüísticos y de accesibilidad para personas con discapacidades sensoriales), tuve la oportunidad de conocer y participar en Tasta! Toca! Olora! (¡Saborea! ¡Toca! ¡Huele!). En la actividad además colaboran Comediants, la Fundació Alícia, Mosquito Corporation, The Love Comes Foundation, APSOCECAT, el Festival GREC 2014, y el Palau Robert, donde se realizó la actividad.


Se trata de un pequeño recorrido en el que brevemente, durante casi una media hora, tienes la experiencia sensorial de una persona sordociega (hay unas 3.000 en Catalunya, de las que 1.800 viven en Barcelona). Está inspirado en la película Ratatouille, donde la rata guía al inexperto cocinero que lleva los ojos vendados, para elaborar un plato. En este caso se enfatiza el contacto sensorial con los ingredientes: texturas, olores...

Es una actividad muy interesante que te da la posibilidad de ser más consciente de lo que significa vivir con sordoceguera. Ni ves ni oyes, y son los otros tres sentidos los que sirven para captar y relacionarse con el entorno.

Está destinada tanto a personas oyentes y videntes, como sordas, ciegas o sordociegas, aunque para estas últimas no es tan impactante como para los que nunca hemos experimentado esas dos discapacidades y además a la vez.

En la actividad había una serie de voluntarios, los mediadores, que hacían la labor de guías, y con cuidado y cariño cada uno se hacía cargo de uno de nosotros, los "sordociegos".

Lo que más destaco es la sensación de tener que confiar 100% en otra persona, dejarse guiar por alguien sin tener ninguna otra referencia en la que apoyarse. Notar algo raro en el suelo que pisas, tener la sensación de un espacio reducido, temer tropezar con algo o que algo te dé en la cabeza... todo eso hay que dejarlo de lado y simplemente hacer el esfuerzo de permitir que una persona (desconocida), sea tus oídos y tus ojos, como una extensión de uno mismo. Eso crea un lazo, no sólo físico, sino además emocional, una conexión, un vínculo que es difícil de describir.

Además te das cuenta de que en esa relación entre el sordociego y su mediador, no existen los prejuicios que los videntes y oyentes tenemos: el aspecto físico, el sonido de la voz, la manera de hablar, la ropa, el peinado... Todo eso desaparece y no entorpece al vínculo que se crea entre esas dos personas.

Es muy importante que iniciativas como ésta se hagan posibles y que se difundan entre el máximo número de personas posible. Es una gran oportunidad para que, aunque sea en un periodo muy corto de tiempo, uno tenga la experiencia de ponerse en la piel de personas con circunstancias diferentes (la comunidad sordociega en este caso), de fiarse completamente de alguien (el guía mediador), de darse cuenta de lo que significa no ver, no oir, o ambas cosas, para personas con esas discapacidades sensoriales, de valorar esos sentidos que sí tenemos y que damos por hecho que han estado, están y estarán ahí para todos, y de ser conscientes de que el tacto, el olfato y el gusto, son sentidos que pueden darnos mucha información de nuestro alrededor.

La participación permite valorarla pagando al final lo que uno crea justo aportar. Mis 15€ estoy seguro que tendrán un buen destino, ya que están trabajando en la organización de actividades similares, tan importantes para la difusión y concienciación de la existencia de colectivos casi siempre ignorados.

¡No te pierdas la oportunidad de participar en la próxima!

Muchas gracias a los organizadores y por supuesto a los mediadores voluntarios, ¡y en particular a mi guía, Sara!



domingo, 20 de julio de 2014

TEATRE: LA PARTIDA

Muy muy muy buena.

Versión adaptada por Cristina Genebat y dirigida por Julio Manrique, de Dealer's Choice de Patrick Marber.

Se trata de una partida de cartas. Pero durante esa partida, y durante todo lo que lleva a ella, no sólo se pone en juego el dinero. Sobre el tapete de póquer, además de las fichas, los jugadores ponen y exponen un gran abanico de emociones, estados de ánimo, amistades, discusiones, viejas heridas, esperanzas, paternidad (real y figurada), dependencias, relaciones, mentiras y verdades... quedando en segundo plano quién gana o quién pierde a las cartas, ya que en realidad todos pierden, y todos ganan.

La obra es una compleja composición de lugares, personajes y relaciones, con el apoyo sonoro y de iluminación. Todo ello se presenta como un baile en el que cada paso está exquisitamente realizado, y cada movimiento entre los bailarines encaja a la perfección.



Los seis actores hacen una magnífica interpretación: Ramon Madaula (Esteve), Joan Carreras (Santi), Marc Rodríguez (Maxi), Andrew Tarbet (Frankie), Oriol Vila (Carles) y Andrey Benito (Ash). Son seis personajes con una personalidad muy definida, y muy diferentes entre ellos. Todos muy reales, totalmente creíbles. Todos hombres. Todos sin mujeres a su lado. 

La escenografía está muy cuidada y los "juegos de ilusionismo" se hacen reales sin esfuerzo. En particular los cambios de escenografía están muy bien orquestados.


Incluso los sonidos son muy relevantes (y no me refiero sólo a la música), y son una muy buena aportación a toda la experiencia, ayudando a crear el ambiente adecuado.

Si quieres pasar dos horas muy bien pasadas, con risas, con tensión, viendo a seis actores hacer un magnífico trabajo, como si estuvieras viendo lo que está pasando en un restaurante a través de una mirilla secreta... si quieres disfrutar de buen teatro... te la recomiendo sin duda.


jueves, 3 de julio de 2014

Documental: GLANCE UP (MIRANT AMUNT)


Un documental que todo el mundo debería ver.

Está protagonizado por Joan Pahisa (a quien conozco personalmente), un joven de 27 años y que mide 1 metro de altura. Dirigido por Enric Ribes y Oriol Martínez, producido por Oriol Gispert, y cinematografiado por Anna Franquesa.

Narra la experiencia de Joan en los World Dwarf Games de 2013 en Michigan, Estados Unidos. Se trata de una competición para gente baja, similar a los Juegos Olímpicos. Paradógicamente, a Joan le apasiona jugar a baloncesto, aunque su especialidad es el tenis de mesa.

Cuando fui a verlo, esperaba simplemente una serie de escenas explicando la historia. Pero no. Fue eso, y mucho más. Es un documental que está realmente muy bien hecho, tanto desde el punto de vista narrativo como visual. Todo el equipo de este proyecto ha hecho un trabajo magnífico. Se nota no sólo la calidad técnica, sino que todos han puesto algo de sí mismos, de sus emociones, en este proyecto. Está hecho con cuidado y con cariño.

Con la excusa de la participación en los juegos, el documental hace que te des cuenta en cierta forma de cómo se ve y se vive la vida desde abajoY, tal como pasa en la vida de cada uno de nosotros, esta historia se cuenta con momentos graciosos, momentos que te hacen reflexionar, momentos que te emocionan...

La introducción ya es una pequeña sacudida que te pone en situación, mostrando situaciones que, al ser muy habituales para todos, es difícil plantearse que para algunas personas puedan suponer una dificultad.

A lo largo de la historia se juega, excelentemente, con distintos puntos de vista, con distintos tiempos y lugares, y todo de una forma muy natural, tal cual, consiguiendo que la hora que dura el documental pase en media hora.

Este documental hace una gran aportación a la visibilidad (y por tanto normalización) de las personas de talla baja, que frecuentemente reciben desprecio, burla, insultos y marginación. Por suerte, en muchas ocasiones sólo son miradas de curiosidad y desconocimiento. Esta cinta ayuda a ponerse en la piel de personas que viven experiencias diferentes a la mayoría.

Si bien se muestra la realidad de Joan con su metro de altura, en ningún caso se pretende dar lástima. Simplemente se constatan las dificultades que tiene la gente baja, sin ningún tipo de dramatización o victimismo.

Este documental se intentará difundir por todos los canales posibles: Internet, televisión, salas de proyección, escuelas, asociaciones... Es importante, por ejemplo, que desde las escuelas los niños y jóvenes tomen conciencia del mensaje positivo y normalizador que transmite esta historia.

Si te gustan las historias que motivan, si no tienes prejuicios contra la diferencia, o los tienes pero quieres abrir tu mente, si quieres una inyección de positivismo, te recomiendo que lo veas en cuanto tengas la oportunidad.

Aquí está el enlace a la página del proyecto.

El vídeo promocional oficial, una de las escenas más bellas del documental:



Y finalmente, auque no sea específicamente sobre "Glance Up", os dejo una charla de Joan en TED:

domingo, 20 de abril de 2014

CORTO: OBLIDANT A NONOT (catalán, LSC, subtítulos en castellano)

Se trata de una sencilla historia sobre la normalidad de la diferencia. Sin más.

Es un corto de unos 20 minutos que consiste en una serie de escenas cotidianas, sin que ocurran cosas inesperadas, sin un final apoteósico, sin un argumento complejo... es simplemente un pequeño fragmento en la vida de una niña sorda. Su relación con sus padres, con sus educadores, con sus compañeros de escuela, con el mundo.

Al verlo se percibe que en realidad, en su peculiaridad, una niña sorda tiene momentos, sentimientos y relaciones muy parecidos a los de una niña oyente: juega, se enfada, se alegra, aprende, ayuda a sus compañeros, se entristece, quiere saber, ríe, tiene curiosidad... Y por extensión podemos extraer que igualmente cualquier persona sorda puede tener situaciones, emociones y contactos similares a cualquier persona oyente.

Al mismo tiempo, aunque sea sucintamente, el corto también nos permite darnos cuenta de que hay cosas que damos por sentadas como oyentes, pero que para una persona sorda son completamente diferentes, cosas que aunque son muy obvias, no pensamos en ellas.

Así, por ejemplo, en el corto se enfatizan mucho algunos sonidos que para los oyentes son habituales, dándonos así la oportunidad de pensar en cómo sería no oírlos, y sólo saber a qué corresponden o qué ocurre si lo vemos o lo sentimos.

Se nos muestra un pedazo muy pequeño de una vida, sin preocuparse, ni preocupar al espectador, por lo que ha ocurrido antes y ha llevado a la situación actual, ni por lo que ocurrirá después. El final es totalmente abierto. De hecho más que un final es un "y continúa..." donde podemos imaginarnos la vida de la niña, de su madre, de su padre, todo su entorno, y plantearnos cómo será en el futuro.

Todo el corto se plantea desde la más absoluta normalidad. No se muestran los momentos difíciles o complicados por los que seguro que pasa una persona sorda a lo largo de su vida (incluyendo su niñez). No se pretende dar lástima o preocupación o condescendencia..., ni aparecen temas como la marginación o la discriminación. Al contrario, se presenta el lado más positivo, más normalizador de una circunstancia, la sordera, que verdaderamente puede ser normal, si no se interfiere con obstáculos adicionales, si se deja a la persona ser tal cual, con sus problemas y sus alegrías, como nos ocurre a todos.


La historia se basa en 5 personajes principalmente:
- la niña protagonista, interpretada por Diana Ferré.
- la madre, personaje principal, interpretada por Rosó Folqué.
- el padre, que aunque sólo aparece brevemente, está presente en su ausencia en gran parte del corto, interpretado por Enric Lluch.
- la educadora, interpretada por Pepita Cedillo.
- la niña amiga del colegio, interpretada por Laura Galiano.

Todos los actores, adultos y niños, oyentes y sordos, son totalmente creíbles. Su naturalidad está seguramente apoyada, primero por un guión y una dirección que buscan precisamente situaciones habituales, y segundo por la proximidad o identificación de los actores con los personajes (todos actúan en situaciones que para ellos podrían ser o son propias en la vida real, facilitado porque unos actores son sordos y otros son intérpretes de lengua de signos). En todo caso, el realismo que plasman los actores y el director, hace que más que una historia, yo lo vea como un documental, aunque sea de ficción.

Creo que está dirigido particularmente a un público oyente. Al público sordo seguro que le gustará y lo entenderá perfectamente. Sin embargo, creo que tras las imágenes hay cierto ánimo de dar visibilidad y abrir los ojos sobre la incorporación de la realidad sorda en la realidad oyente.

Si no esperas nada y simplemente te dejas llevar, escena a escena, por el día a día de esta niña, por los sonidos, por las imágenes, y si además tienes cierta curiosidad por la comunidad sorda y por eso de la lengua de signos (en este caso lengua de signos catalana, LSC), te recomiendo que veas este corto. Quizás te abra un poco más la mente a otras realidades, o al menos te puede dar qué pensar.

Finalmente, dejo este enlace con comentarios del director, Pablo García, también un vídeo donde Pepita Cedillo nos cuenta su visión del corto, y el corto en sí (sólo cuesta 1,50 dólares para tener acceso 24h, no es un gran importe para apoyar esta iniciativa).


Pepita Cedillo y Oblidant a Nonot. from doblebanda on Vimeo.


"OBLIDANT A NONOT" HQ VOSEspañol from doblebanda on Vimeo.

martes, 15 de abril de 2014

MONÓLOGO "Chicas, Risketos y apuntes pasados a limpio"

En un principio podría pensarse que se trata de un monólogo de Ramón LSD, acompañado por el intérprete de LSC (Lengua de Signos Catalana), Enric Lluch.

Pero no, no es un monólogo. Son dos. Dos monólogos, sí. Uno en castellano para oyentes y otro en lengua de signos para sordos.

Porque aunque Ramón realmente es el generador del espectáculo, Enric es su álter ego; no un mero añadido, ni siquiera un complemento. Es en sí un monólogo paralelo, ya que no traduce simplemente, sino que interpreta en el sentido más amplio de la palabra.

El monólogo trata sobre costumbres de chicos y chicas, de personas oyentes y de personas sordas. Juega mucho con los estereotipos, particularmente con los estereotipos entre sexos.


Quizás los estereotipos son demasiado tópicos y algo extremos/machistas, aunque casualmente entre los amigos que fueron conmigo estaba una amiga que es clavada a lo descrito en el monólogo... ¡prácticamente hasta el último detalle!

No se me hizo largo, pero creo que no perjudicaría reducirlo un poco (o ampliarlo y convertirlo en dos espectáculos relacionados pero independientes).

Durante el monólogo se intercalan algunos chistes, contados en forma de historia, que quizás quedan un poco descolgados o tienen un final previsible; y alguna de las anécdotas que se cuentan no las encontré muy graciosas. Pero en general me reí mucho, mucho, a lo largo del espectáculo, y los dos humoristas-actores lo hacen estupendamente.

Ramón tiene una gran soltura con el monólogo, enlazando una historia con la otra, y haciendo los papeles de chico y de chica. Es muy gracioso en sus descripciones de los distintos roles: chicos / chicas, oyentes / sordos.

Por otra parte Enric no sólo interpreta el texto en lengua de signos, sino que además actúa. Yo estoy aprendiendo LSC y pude reconocer algunos signos aquí y allá, pero la energía que le pone mi tocayo es una actuación en sí misma.

Es curioso percibir cómo la compenetración y el trabajo que hay detrás queda evidente cuando los dos actores empiezan a la vez las historias... Supongo que Enric tiene que estar muy alerta para estar seguro de que Ramón no se salta una parte o la sustituye por otra, de improviso, ya que pocas veces le espera para empezar a interpretar.

Echo de menos más anécdotas sobre sordos, aunque las hay. La gran mayoría de historias se refieren a oyentes, o a cosas que le podrían ocurrir a oyentes y sordos por igual. Es más una contraposición hombre/mujer que oyente/sordo. Las referencias o anécdotas sobre comportamientos propios de personas sordas son puntuales. En todo caso, tanto oyentes como sordos ríen y disfrutan de este espectáculo.

De hecho, es una de las pocas cosas a las que la comunidad sorda puede acceder y que puede disfrutar (sobre todo comparando con la gran oferta dirigida exclusivamente a oyentes).

Si quieres ir a un monólogo en el que, te fijes en Ramón o en Enric, vas a reír y pasar un muy buen rato, y si además sientes curiosidad por ver qué es eso de la lengua de signos, y además enterarte de lo que se está signando (porque lo oyes...), te recomiendo que vayas a ver este monólogo al Llantiol de Barcelona, cualquier primer sábado de mes. Ah, y si eres sordo, ¡también te lo recomiendo!


domingo, 16 de marzo de 2014

LO TUYO Y LO MÍO

Muy buena. Impecable. Sólo sabía que iba a ver una historia (de amor) cantada. Nada más. Y sí, es eso. Pero qué bien cantada está esa historia.

Empieza bien. Algo ñoña. Bien. Y tras los primeros minutos, poco a poco el cóctel de música, canto, humor e interpretación te va atrapando canción a canción. Y te das cuenta de que, muy inteligentemente, cada paso en el escenario, cada gag, cada melodía, es un guiño al espectador, que se va dejando llevar.

En cuanto a la historia, no voy a dar ni siquiera pistas, porque vale la pena verlo sin saber nada sobre lo que ocurre. Sólo voy a decir que la primera impresión va a ser sólo la primera; tanto la historia como el tono van cambiando bastante a lo largo de la obra.

No es simplemente una obra de teatro musical. Es un espectáculo muy original, que sorprende a varios niveles: calidad, agudeza, interpretación, frescura, humor, un giro en la trama... Se trata de una comedia musical que no pretende ir más allá de ofrecer un entretenimiento centrado en la música y hacer pasar un muy buen rato. Y lo consigue. Y lo hace de una manera muy sencilla: con un argumento que se podría explicar en 75 segundos, y que se enriquece de tal manera que los 75 minutos que dura se hacen cortos. Y no nos va a importar a qué se dedican los personajes, cómo es su personalidad o qué pasado tienen... ni siquiera sus nombres.


En esos 75 minutos se hace un repaso a 75 canciones conocidas (unas más, otras quizás un poco menos), todas correspondientes a momentos de amor o desamor.

Aunque inicialmente pueda parecer que no, son tres actores en el escenario. Sí, tres: Karen Gutiérrez, Manuel Ramos y Didac Flores. Y los tres hacen una interpretación magnífica. Sí, los tres. Didac es el director musical pero interviene como actor, y es una gran sorpresa multifuncional: además de actuar, demuestra su maestría tanto musical como vocal, complementando a los otros dos actores-cantantes. Y tanto Manuel como Karen demuestran su talento interpretativo con muy buenas voces, además de un muy buen rollo, que saben transmitir.

La puntual interacción con el público en varios momentos, y ya desde el principio, ayuda a crear una cercanía con los personajes, e incluso más allá, con los actores. De hecho, el tercero en discordia es un puente perfecto entre personas y personajes en el escenario a lo largo de la obra.

Si quieres ver un espectáculo musical de calidad que te sorprenda y te haga reír, te recomiendo sin duda que no te pierdas "Lo tuyo y lo mío". Disfrutarás de que te lo canten. Así que si vas a ir, no dejes que te lo cuenten.