Pero no, no es un monólogo. Son dos. Dos monólogos, sí. Uno en castellano para oyentes y otro en lengua de signos para sordos.
Porque aunque Ramón realmente es el generador del espectáculo, Enric es su álter ego; no un mero añadido, ni siquiera un complemento. Es en sí un monólogo paralelo, ya que no traduce simplemente, sino que interpreta en el sentido más amplio de la palabra.
El monólogo trata sobre costumbres de chicos y chicas, de personas oyentes y de personas sordas. Juega mucho con los estereotipos, particularmente con los estereotipos entre sexos.
Quizás los estereotipos son demasiado tópicos y algo extremos/machistas, aunque casualmente entre los amigos que fueron conmigo estaba una amiga que es clavada a lo descrito en el monólogo... ¡prácticamente hasta el último detalle!
No se me hizo largo, pero creo que no perjudicaría reducirlo un poco (o ampliarlo y convertirlo en dos espectáculos relacionados pero independientes).
Ramón tiene una gran soltura con el monólogo, enlazando una historia con la otra, y haciendo los papeles de chico y de chica. Es muy gracioso en sus descripciones de los distintos roles: chicos / chicas, oyentes / sordos.
Por otra parte Enric no sólo interpreta el texto en lengua de signos, sino que además actúa. Yo estoy aprendiendo LSC y pude reconocer algunos signos aquí y allá, pero la energía que le pone mi tocayo es una actuación en sí misma.
Es curioso percibir cómo la compenetración y el trabajo que hay detrás queda evidente cuando los dos actores empiezan a la vez las historias... Supongo que Enric tiene que estar muy alerta para estar seguro de que Ramón no se salta una parte o la sustituye por otra, de improviso, ya que pocas veces le espera para empezar a interpretar.
Echo de menos más anécdotas sobre sordos, aunque las hay. La gran mayoría de historias se refieren a oyentes, o a cosas que le podrían ocurrir a oyentes y sordos por igual. Es más una contraposición hombre/mujer que oyente/sordo. Las referencias o anécdotas sobre comportamientos propios de personas sordas son puntuales. En todo caso, tanto oyentes como sordos ríen y disfrutan de este espectáculo.
De hecho, es una de las pocas cosas a las que la comunidad sorda puede acceder y que puede disfrutar (sobre todo comparando con la gran oferta dirigida exclusivamente a oyentes).
Si quieres ir a un monólogo en el que, te fijes en Ramón o en Enric, vas a reír y pasar un muy buen rato, y si además sientes curiosidad por ver qué es eso de la lengua de signos, y además enterarte de lo que se está signando (porque lo oyes...), te recomiendo que vayas a ver este monólogo al Llantiol de Barcelona, cualquier primer sábado de mes. Ah, y si eres sordo, ¡también te lo recomiendo!
Muchísimas gracias, Enric Boira, tanto por tu asistencia como por tu reseña. Aciertas cuando dices "Es más una contraposición hombre/mujer que oyente/sordo", porque el monólogo en sí trata de anécdotas de chicos Vs chicas en la vida de pareja. Por ello conviene matizar que el que esté ahora adaptado al público sordo no significa que trate sobre ellos sino que se han eliminado partes del espectáculo que no podrían entender. Básicamente el trabajo que realizo con Enric Lluch consiste en coger un monólogo escrito y dirigido a oyentes y hacerlo ahora entendible al público sordo. Lo hicimos con "Y a ti ¿Quién te aguanta?" y ahora con éste :)
ResponderEliminarUn abrazo
¡Gracias por aclararlo, Ramón LSD! Quizás como idea, se podría extender más el juego, ampliando a oyente/sordo además de chico/chica, como idea :). En todo caso, ¡enhorabuena por el espectáculo! Un abrazo.
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