martes, 7 de noviembre de 2017

República 155 independent de la Comunidad Autónoma de Catalunya sobirana en el Reino de España

Pase lo que pase, estoy viviendo un periodo que (como se ha dicho ya varias veces) "saldrá en los libros de historia". Que Cataluña llegase a ser una República independiente de España (sea legal o no, sea reconocido o no, sea definitivo o no) es algo que creo que nadie se podía imaginar que pasara realmente hasta hace relativamente poco. De hecho, muchos consideran que aún está por pasar (si pasa).

Todo el proceso de referéndum e independencia ha sido, y sigue siendo, un verdadero juego de estrategias. Lo ocurrido tras el referéndum del 1 de octubre (que comenté en una publicación anterior) es un apelotonamiento de hechos, acciones y reacciones.


Recapitulemos...
  • 10 de octubre: se declarara la independencia en el Parlament de Catalunya; ésta se suspende inmediatamente por parte del President de la Generalitat para negociar con el Gobierno Español; se firma la declaración por los miembros independentistas del Parlament.
  • 11 de octubre: Rajoy le pide a Puigdemont que confirme si ha declarado la independencia o no, y le da un plazo para responder y otro para volver a la legalidad, con la advertencia de aplicar el artículo 155 de la Constitución Española en caso de no hacerlo.
  • 15 de octubre: Jordi Sánchez, presidente de la ANC, y Jordi Cuixart, líder de Òmnium Cultural, entran en prisión preventiva incondicional por ser acusados de delito de sedición.
  • 16 de octubre: se cita como imputado al Mayor de los Mossos de Escuadra, Josep Lluís Trapero, a la Audiencia Nacional Española por un presunto delito de sedición, la fiscalía pide prisión incondicional, y la jueza Carmen Lamela le impone la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer quincenalmente.
  • 16 y 19 de octubre: ir y venir de cartas entre President y Presidente.
  • Durante octubre: empresas trasladan su sede social y/o fiscal fuera de Cataluña (algunas presuntamente presionadas por el Gobierno o por el Rey, aparte de aprobarse inmediatamente un decreto que facilita el cambio de sede social a las empresas).
  • 21 de octubreel Gobierno de España presenta las medidas de aplicación del artículo 155, que debe aprobar el Senado.
  • 24 de octubre: se constituye la comisión del Senado para aprobar (o no...) las medidas de aplicación del 155 propuestas por el Gobierno. 
  • 26 de octubre: el Govern anuncia que el President va a disolver el Parlament y convocar elecciones (supuestamente autonómicas); el President de Catalunya comunica que no tiene garantías para evitar el impacto de las medidas del artículo 155, con lo que no convoca elecciones; se celebra el pleno del Parlament que estaba previsto, para debatir las implicaciones de la aplicación del 155; los partidos independentistas proponen ratificar el mandato del resultado del referéndum del 1-O (iniciando el proceso constituyente y proclamando la República Catalana, claro).
  • 27 de octubre: se produce la votación en el Parlament, quedando aprobada la constitución de la República Catalana por 70 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones; poco después se produce la votación en el Senado, quedando aprobada la aplicación de las medidas del artículo 155 por 214 votos a favor, 47 en contra y 1 abstención; en aplicación del 155, Rajoy anuncia, entre otras cosas, el cese del President, el Vicepresident y los miembros del Govern, la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones autonómicas para el jueves 21 de diciembre (la fecha que toca según los periodos legales, siendo la convocatoria efectiva el 28 de octubre).
  • 28 de octubre: se cesa y sustituye al Mayor de los Mossos de Escuadra, Josep Lluís Trapero; mensaje de Puigdemont (desde Girona) sin novedades.
  • 29 de octubre: no pasa nada por parte del Govern (de hecho, todo el finde fue muy tranquilo, sin apenas movimientos del Govern); Theo Francken (flamenco), secretario de Estado de Asilo e Inmigración del Gobierno de Bélgica abre la posibilidad de que Puigdemont solicite asilo político en Bélgica (uno de los países donde un ciudadano de otro país europeo puede pedir asilo).
El Presidente Puigdemont puede solicitar asilo político.
Nuestra legislación es clara: los europeos pueden solicitar asilo en Bélgica. 
  • 30 de octubre: sólo un par de altos cargos cesados va a trabajar; el Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, anuncia la querella contra los miembros del Govern y de la Mesa del Parlament, por los delitos de rebelión, sedición y malversación; Puigdemont está en Bruselas, pero no se sabe por qué ni para qué; los partidos independentistas (PDeCAT y ERC), menos la CUP (pendiente de decidirlo), se presentarán a las elecciones del 21 de diciembre.
  • 31 de octubre: Puigdemont habla en rueda de prensa desde Bruselas, explicando que no está allí para pedir asilo ni por temas políticos con Bélgica, sino por ser la capital europea, "para hacer evidente el problema catalán en el corazón institucional de Europa y denunciar también la politización de la justicia española", pidiendo a Europa que reaccione, y como protección hasta tener garantías de un juicio justo, además de pedirle al Gobierno que diga si aceptará cualquier resultado de las elecciones del 21 de diciembre; el 2 y 3 de noviembre deben declarar los miembros del Govern (Audiencia Nacional) y de la Mesa del Parlament (Tribunal Supremo).
  • 2 de noviembre: el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena aplaza las declaraciones de Carme Forcadell y los otros miembros de la Mesa del Parlament (solicitado por los abogados por el poquísimo tiempo para preparar la defensa), bajo vigilancia policial hasta que declaren el 9 de noviembre; la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela no aplaza las declaraciones y decreta prisión preventiva incondicional sin fianza para el (ex)Vicepresident y los (ex)Consellers que no están en Bruselas, menos uno (Santi Vila, que se le aplica prisión condicional eludible bajo fianza); Jordi Ballart dimite como Alcalde de Terrassa y deja el PSC por su apoyo al 155.
  • 3 de noviembre: la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, no admite que los miembros del Govern en Bruselas (acusados de rebelión, sedición, malversación, y se añade prevaricación y desobediencia a la autoridad) declaren mediante videoconferencia, tramita orden de busca y captura e ingreso en prisión, y dicta orden europea de detención y entrega, que recibe la Fiscalía belga (la cual pasará la orden a la policía belga para que localice, detenga y lleve a los acusados ante un juez belga que decidirá si deben ser extraditados o no).
Estamos preparados para cooperar plenamente con la Justicia belga después de la orden de detención europea emitida por España
  • 5 de noviembre: Los querellados en Bruselas se presentan a la policía belga (convenido entre la Fiscalía belga y los abogados de los acusados); un juez de instrucción los interroga (en neerlandés y no en francés, a petición de los acusados, quizás para que el juez fuera flamenco o por ser flamenco el abogado de Puigdemont, Paul Bekaert); el juez belga decreta libertad con medidas cautelares (retirada del pasaporte, libertad de movimiento en Bélgica, comunicar su alojamiento en Bélgica, y obligación de ir al juzgado cuando se les requiera) durante el procedimiento judicial (lo siguiente es que deberán comparecer el 17 de noviembre ante la Cámara del Consejo de Bruselas, el tribunal de primera instancia que decidirá sobre la detención y extradición a España de los acusados).

Y hasta aquí puedo leer... (más que nada por la fecha de publicación de este texto).

La Presidenta del Parlament y los miembros de la Mesa querellados:
Carme Forcadell, Lluís Mª Corominas, Lluís Guinó,

Anna Simó, Joan Josep Nuet y Ramona Barrufet.
El (ex)Vicepresident y los (ex)Consellers querellados y encarcelados:
Oriol Junqueres, Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bas
sa.
Los (ex)Consellers querellados y encarcelados:
Joaquim Forn, Meritxell Borràs, Josep Rull y Carles Mundó.
El (ex)Conseller querellado, encarcelado y en libertad bajo fianza:
Santi Vila.
El (ex)President y los (ex)Consellers querellados que se encuentran en Brusellas:
Carles Puigdemont, Clara Pontasí, Lluís Puig, Meritxell Serret y Toni Comín.
Veamos...

Muy fuerte que la falta de política por parte del Gobierno (y compañía), y la falta de justicia (supuestamente independiente), se traduzca en violencia policial el 1-O, la imposición del 155, el Mayor de los Mossos cesado y sustituido, y 11 personas en prisión (10 en este momento), me temo que 6 más en breve, y 5 más que lo estarían si no se hubiesen quedado en Bruselas (y está por ver qué pasará). Ante la falta de política, legalidad (¿para qué algo más?). Quizás no era necesario encarcelarlos para evitar su fuga, ni para que no vuelvan a cometer los presuntos delitos, hasta que se les juzgue (como ha evidenciado la justicia belga).

En cambio, a tantos de los que han cometido otros delitos importantes (innumerables Tramas y Casos de corrupción desde el PP, pasando por Pujol o Millet, hasta Urdangarín y esposa) no les pasa nada (aparte de ser todo mucho más lento y prolongado).


Lo malo es que parece que esto sólo va de la independencia o con Cataluña. Creo que muchos no se dan cuenta de que esto va mucho más allá. Es un sistema, una actitud, una estructura política, una mentalidad, una indiferencia, una manera de hacer las cosas en España. Por supuesto que hay muchas personas que no caen en esa generalización, y otros están dándose cuenta y se están replanteando lo que se da por hecho, o lo que no es lo que parece, o lo que parece que no va con ellos. Pero lo peor es que hay una cantidad de gente, creo que aún mayor, que no sólo les da igual y pasan, sino que les parece bien y lo apoyan (en unos casos comprensiblemente por el lavado de cerebro y machaque continuo de medios y políticos nacionales unido a falta de criterio y/o de contraste de la información, en otros casos por convicción incomprensible).

Seguimos...

Estamos en dos realidades (República catalana independiente y aplicación del artículo 155 de la Constitución Española) que avanzan paralelamente. Y tenemos a los querellados (ex)miembros del Govern, unos encarcelados, en Bélgica otros. Una reinterpretación estratégica del "divide y vencerás"...

¿Podemos creer que el Gobierno español (y compañía) verdaderamente piensa que encarcelando a los líderes de las organizaciones sociales soberanistas y a todos los miembros del Govern elegidos democráticamente por el pueblo va a tranquilizar las cosas y a ayudar a solucionar el problema catalán? (sí, es una preguntar retórica...).

Por Real Decreto 944/2017, de 27 de octubre:
  • Artículo 3: "el Presidente del Gobierno de la Nación", Mariano Rajoy, "asume las funciones y competencias que corresponden al Presidente de la Generalitat de Cataluña".
  • Artículo 4: "la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra para las Administraciones Territoriales", Soraya Sáenz de Santamaría, "asume las funciones y competencias que corresponden al Vicepresidente de la Generalitat de Cataluña".
  • Artículo 5: "el Consejo de Ministros asume las funciones y competencias que corresponden al Consejo de Gobierno de la Generalitat de Cataluña".
  • Artículo 7: "el Presidente del Gobierno de la Nación delega las funciones que se le atribuyen el artículo 3 de este Real Decreto en la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra para las Administraciones Territoriales".
Me cuesta ver a Soraya como la "Molt Honorable Presidenta de la Generalitat de Catalunya" (lo mismo en el caso de Rajoy).


Respecto a la duración de las medidas de aplicación del 155 y el objetivo de "celebrar elecciones en situación de normalidad", ha sido significativo el paso de Rajoy y su Gobierno de convocarlas:
  • en "un plazo máximo de 6 meses" (declaraciones del 21 de octubre y texto aprobado por el Senado el 27 de octubre), más casi 2 meses desde la convocatoria y disolución del Parlament hasta la votación, y más el tiempo que se tarde en formar el nuevo Govern tras la votación, que seria la duración efectiva del 155.
... pasando por:
  • "tan pronto como recuperemos la normalidad institucional", "ya veremos" (declaraciones del 21 de octubre).
  • "la eventual adaptación de dichas medidas, en caso necesario, a las nuevas circunstancias que se aprecien a lo largo del ámbito temporal de su aplicación", "las medidas permiten su adaptación a las circunstancias cambiantes por cuanto se prevé la posibilidad de que el Senado pueda conocer de modificaciones y actualizaciones caso de ser precisas nuevas medidas para garantizar el orden constitucional" (texto de medidas del 155 del 27 de octubre), que permitiría prolongar el plazo de aplicación.
... hasta la inmediata convocatoria de elecciones el mismo día que se aprueban las medidas en el Senado (y se vota la constitución de la República catalana independiente en el Parlament... cosa que Puigdemont ya comunicó a Rajoy en su carta del 19 de octubre).


Pues bien... en cuanto el texto estuvo aprobado, Rajoy convoca las elecciones, sin esperar a la "normalidad institucional" que darían las otras medidas del 155... ¿Habrá recibido presiones (de Europa, su partido, el PSOE, Ciudadanos...)? ¿O ha sido un cambio de estrategia? En todo caso, creo que es lo mejor que ha podido hacer: convocar elecciones lo antes posible y mantener la intervención del 155 el menor tiempo posible (al menos en teoría).


Que se presenten el PDeCAT, ERC y la CUP (que aún no lo ha confirmado, pero no lo descarta) a unas elecciones autonómicas, no parece muy coherente... Para estos partidos, Cataluña ya no es una Comunidad Autónoma del Reino de España, sino una República "como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social". Con lo cual, no parece tener sentido presentarse a unas elecciones convocadas y organizadas por el Gobierno de un país vecino... Pero en estos momentos ya no se puede partir de la lógica habitual...

Si no se presentasen, los partidos a los que se podría votar serían:
  • Ciutadans (17,90% de votos*).
  • El PSC (12,72% de votos*).
  • CSQEP (8,94% de votos*) juntos o por separado [Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), Podemos y Equo].
  • El PPC (8,49% de votos*).
  • Con la desaparición de Unió, después podríamos encontrar partidos muy minoritarios como el PACMA (0,73% de votos*).
  • Y, bueno, creo que aún hay tiempo para que nuevos partidos se presenten...
* en las últimas elecciones autonómicas, 2015.

Con ese panorama no sería difícil imaginar un apoyo mutuo Ciutadans-PPC (por ejemplo) para tener mayoría en el Parlament y Rivera (por ejemplo) como President de la Generalitat...

A pesar de que puedan considerarse ilegítimas o incoherentes (desde la perspectiva independentista), estoy de acuerdo en que es mejor presentarse a estas elecciones en vez de ignorarlas o intentar sabotearlas (cosa que eliminaría las posibles simpatías exteriores, y muchas interiores). Al fin y al cabo, son elecciones, la voz del pueblo, democracia. Así que igual que en el referéndum (ilegal e ilegítimo para el Gobierno y partidos unionistas) se pedía participación de TODOS, incluidos los partidarios del "No" y del voto en blanco, en estas elecciones (ilegales e ilegítimas para el Govern y partidos independentistas) también creo que deberían participar y votar TODOS (los que quieran, claro).

Ahora bien... si se presentan los partidos independentistas, ¿qué pasará si de nuevo consiguen mayoría? (como en principio sería de esperar... en principio...). ¿Se entraría en bucle con un nuevo referéndum (ilegal/inconstitucional) con su correspondiente declaración de independencia? No, ¿no?... En ese caso se me ocurren las siguientes opciones por parte del Gobierno:
  1. Ilegalizar a los partidos independentistas (ya ha habido una demanda, archivada por la Fiscalía, y parece que vendrán más), por no ser compatibles con la sacrosanta (cuando interesa) Constitución Española. Cosa que no creo que suceda porque sería inconcebible en democracia (creo que sería anticonstitucional), aparte de comportar muy malas consecuencias en el exterior de España (aunque no sé si eso les importa ya). Pero claro, visto lo visto, siempre pueden encontrar alguna forma de prohibir, cambiar la constitución, sacar un decreto, o algo...
  2. No meterse con los partidos ni con los programas independentistas (como dijo el Delegado del Gobierno, Millo), pero luego (por vía constitucional, legal, jurídica, y con todos los recursos habidos y por haber, seguramente al abrigo del 155) hacer imposible la puesta en práctica del independentismo. Es decir, se podría ser independentista, pero nunca independiente (vamos, como ahora pero con todo atado y bien atado para que no pase ni en sueños nada ni remotamente similar a lo de ahora, ni en Cataluña ni en ninguna otra Autonomía, claro). Bueno, en teoría se podría llegar a la independencia por los cauces legales, que en la práctica se bloquean sistemáticamente.
    La segunda opción es una de esas incongruencias de nuestra democracia. Si un partido que propone algo que no es legal gana las elecciones, significa que la mayoría quiere eso. Y para que sea verdadera democracia, habría que al menos intentar ajustar las cosas para que esa propuesta se pueda cumplir. Vamos, lo que viene a ser dialogar, negociar (es decir, ni todo para ti, ni todo para mí)... Y siempre que se defienda de forma no violenta, y esté dentro de los derechos humanos, pues vamos a ver qué se puede hacer, ¿no? (pero claro, eso sería darle poder al pueblo y significado a la democracia).

    En este caso he visto por primera vez de forma muy clara que, tras repetidas, masivas y festivas concentraciones populares (a favor de la independencia), un partido (la coalición Junts pel Sí) gana unas elecciones (con 39,59% de votos, el siguiente partido con 17,90%), consigue formar mayoría en el Parlament (con la CUP), pasa por un referéndum abierto a todos que confirme la voluntad del pueblo (a favor de la independencia, o no), y cumple lo que ha prometido en su programa (la independencia), llevando ese consabido mandato democrático del pueblo hasta las últimas consecuencias (prisión, fianzas millonarias, y exilio). Y todo sin violencia. Qué puede haber más democrático.

    Otra cosa es que ese mandato democrático del pueblo no encaja con la legalidad del estado... Vale. Pues negociando y haciendo política se podía fácilmente llegar a hacer pasos hacia más autonomía o, en última instancia, a hacer un referéndum legal, para comprobar cuántas personas realmente quieren una cosa u otra, con las campañas y argumentos correspondientes (en las dos opciones). Pero no...


    Y bueno, también habría otra opción en caso de que ganen partidos independentistas: que se tomen los resultados de las elecciones del 21-D (legales, con garantías, censo oficial, junta electoral, sin violencia policial, etc., por lo tanto quizás con apoyo adicional europeo o de más allá) como si fuera un pseudo-referendum o elecciones pseudo-plebiscitarias, obligando al Gobierno (de mala gana por supuesto) a una negociación (posiblemente con un posterior referendum com cal) con la posibilidad de autodeterminación.
    Sería muy complicado y difícil pasar de las elecciones del 21-D a una situación de normalidad y de legalidad, pretendiendo que aquí no ha pasado nada, que es lo que parece que espera Rajoy y compañía. Bueno, por la fuerza, quizás sí sería posible...


    Tras la votación del Parlament, no hubo grandes aspavientos por parte del Govern. No hubo momento de salida al balcón de la Generalitat (a lo Francesc Macià o Lluís Companys), ni retirada oficial de banderas españolas, ni decretos por parte del Govern, ni ningún gran movimiento de reafirmación... Y haberlo hecho creo que habría sido algo sólo para la galería, una mentira piadosa, un acto efímero sin más.

    Porque sin acuerdo con el Gobierno, sin apoyo explícito exterior y con un 155 pendiendo sobre nuestras cabezasreafirmase fuertemente como República independiente sólo habría provocado innecesariamente más acciones del 155 (a sumar a la prisión preventiva de los Jordis, el cese de Govern/Mesa del Parlament y sus querellas, el cese y sustitución de Trapero, la suspensión de la Llei de Transitorietat, la supresión de organismos creados por el Govern, la investigación de los alcaldes que apoyaron el Referéndum, la supresión de las delegaciones exteriores de la Generalitat, etc.), con una represión aún más fuerte gubernamental y judicial, quizás hasta represión más violenta y dura, quizás hasta con despliegue militar.

    Yo creo que por parte del Govern se ha hecho todo lo que se ha podido hasta ahora, y con esa "pausa" creo que por una parte se ha querido evitar más y mayores daños a la población, supongo que también han habido más estrategias en juego, y además hay que tener en cuenta los posibles 30 años de prisión de los querellados, que sin duda y comprensiblemente han influido en las acciones y decisiones. Ya pidió Puigdemont "paciencia, perseverancia y perspectiva" (todo con "P" de Puigdemont).


    Finalmente un par de cosas más que se oyen mucho...

    Muchos unionistas/constitucionalistas hablan del "odio hacia España" de los independentistas... Aparte de la generalización, estrictamente no sería incoherente querer independizarse de algo o alguien y sentir al menos cierta aversión hacia ese algo o alguien (que no creo que sea el caso; pienso que la mayor parte no siente odio en absoluto, sólo quiere ser independiente de España y punto... o es indiferente, o incluso tiene lazos afectivos con gente y lugares de España, o lo que odia es el gobierno español, la política española o el sistema de funcionamiento español... aunque hay una parte que sí insulta o habla en contra de España y los españoles).


    Por otra parte, se ve mucha rabia y verdadero odio por parte de muchas de las personas que proclaman que Cataluña es España y que España tiene que mantenerse unida (por principios... por no decir por huevos), y sin hablar de los más extremistas (grupos violentos de ultraderecha, o directamente fascistas/franquistas). Muchos sólo lanzan desde críticas hasta insultos... influenciados, creo, por la política y los medios. Y eso sí que es incoherente. Si quieres que alguien se quede contigo, se supone que no lo odias, sino que lo aprecias, ¿no? Y no le muestras rabia, sino cariño (como efectivamente muestran bastantes unionistas, dentro y fuera de Cataluña). A no ser que quieras que se quede porque sí, por interés, o por ideología, o por las dos cosas.


    Y en cuanto a que el independentismo y los independentistas enfrentan y rompen la convivencia, familias y amistades... es evidente que las diferencias están (con procés y sin procés, separados o unidos, se hable de ello o no), pero si hay roturas no es por culpa de los independentistas (ni por culpa de los unionistas). Como sabemos, "hablando se entiende la gente", y no estar de acuerdo no tiene por qué significar odiar al otro. Yo, por ejemplo, tengo amistades, familia y compañeros de trabajo que no son independentistas, otros sí. Y hasta ahora no se ha roto mi relación con nadie por causa del independentismo. Ni tiene por qué. Puedo hablar del tema o no, no estar de acuerdo, o estarlo parcialmente, y ya está. Es mi experiencia, que no sé si es representativa. La intransigencia, intolerancia, imposición y falta de argumentos (que más he visto, aunque no únicamente, en las posiciones unionistas), es lo que realmente dificulta el diálogo y facilita las rupturas, el enfrentamiento y la falta de entendimiento. Es decir, que lo que creo que verdaderamente causa esas rupturas no es el independentismo, sino las personas concretas y cómo gestionan (o no) las diferencias.

    Ah, y a ver si llega el momento de hacer desaparecer la estelada (que nunca me ha gustado), símbolo del independentismo, y recuperar sólo la senyera. En principio la estelada será inútil y no tendrá sentido cuando la constitución de la República catalana independiente sea definitiva (si llega ese momento). Por ahora creo que aún se seguirán viendo por un tiempo...



    sábado, 7 de octubre de 2017

    Referéndum ilegal y violencia legal

    INDIGNANTE e INTOLERABLE es lo mínimo que se puede decir por la brutalidad policial (con el consiguiente apoyo político).


    Ya casi había acabado de escribir mis reflexiones sobre el Referéndum y la independencia. Pero tras lo sucedido... imposible no escribir sobre ello.

    1 de octubre de 2017, día del Referéndum de autodeterminación de Cataluña, convocado por el Govern de la Generalitat de Catalunya. Un referéndum declarado ilegal e inconstitucional, por activa y por pasiva desde el Gobierno Español y la mayoría de partidos nacionales y sus correspondientes catalanes.

    Muy bien. Votar en estas circunstancias es ilegal. Vale. Pero en cualquier caso, hay una convocatoria, y la cuestión es que tras registros (con y sin orden judicial), represión policial, detenciones, tribunales, fiscales, amenazas, y negativas desde el Gobierno central, finalmente se han abierto los colegios electorales, se han puesto las urnas y las papeletas, y hay montones y montones de personas en los colegios electorales para votar pacíficamente.

    Es inconcebible, indignante, vergonzosa, intolerable, la acción de la Policía Nacional y la Guardia Civil dirigidos por el Gobierno de España tras lo ordenado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (donde, por cierto, aparece la frase "sin afectar la normal convivencia ciudadana").

    ¿Hacían falta porras, puñetazos, gas lacrimógeno, vejaciones, y disparos con pelotas de goma (prohibidas en Cataluña), cerca de 900 heridos, para reprimir a personas que quieren votar pacíficamente y para anular su resistencia pasiva y llevarse urnas y papeletas (el objetivo marcado)?

    ¿No se podía haber ignorado (como se ha ignorado todo lo relacionado con el independentismo), y simplemente advertir que no serviría para nada, que no sería vinculante, que para el Gobierno de España sólo se trataría de un momento popular y festivo sin más trascendencia? Vamos, similar al 9N de 2014 (que se celebró tras la negativa de Rajoy a un referéndum y a pesar de la presentación al Tribunal Constitucional de recurso a la ley de consultas aprobada por el Parlament catalán de acuerdo con el Estatut de Catalunya, y su consiguiente suspensión).


    A pesar de la brutalidad policial, de quitar urnas y papeletas, la gente, muchísima gente, ha salido a votar. Por el "Sí" y por el "No", o en blanco. Jóvenes y mayores, de todas las edades.

    Yo no tenía ninguna duda de que iba a votar. Soy de los que piensan que es un derecho y una obligación (en cursiva) que todos deberíamos ejercer con responsabilidad. Así que esa mañana (tras haber visto en la tele las sorprendentes cargas policiales) llegué al colegio electoral que me tocaba, y encontré cientos de personas haciendo cola pacientemente (a lo largo de unos 450 metros).

    La cola avanzaba muy lenta. Un par de horas y unos 140 metros después, voluntarios pasaban por la cola indicando que en la escuela no podían conectarse a la red (la Guardia Civil había cortado la conexión a Internet, por eso la gran lentitud de la cola), y mencionó otro colegio electoral donde el sistema informático funcionaba bien y no había grandes colas (ya se había abierto el censo universal y se podía votar en cualquier colegio y mesa, dadas las circunstancias informáticas y policiales).

    Decidí ir al otro centro. Aunque había también mucha gente, la cola era de unos 100 metros y avanzaba bastante rápidamente. La gente comentaba que había venido de otras escuelas porque habían sido cerradas, o se habían llevado el material electoral, o donde no funcionaban los sistemas.

    Al entrar en el colegio electoral, me dieron papeleta y sobre (aunque yo ya llevaba el oficial imprimido, por si acaso). Y al llegar a la mesa electoral, como en cualquier votación, mostré mi DNI, lo buscaron en el sistema, lo localizaron, y entonces me dejaron votar.

    Momento de gran emoción, aguantándome las lágrimas, por ser parte de toda esa gente que salió a decir cómo quiere que se regule su futuro, a ejercer la democracia de un pueblo que decide conjuntamente el rumbo que desea tomar. No se trataba de elegir a uno u otro partido que nos represente en tal candidatura... sino de elegir la forma de gobierno y la entidad del territorio en el que vivir. Y esa gente había salido a votar a pesar de la brutal violencia represiva que había (y que en las colas no dejaban de ver en vídeos u oír en radios, y comentar).

    Lágrimas también de rabia y de profunda tristeza, al ver la incomprensible y desmesurada acción de las fuerzas policiales españolas.

    Evidentemente no sé cómo se hizo en el resto de colegios, pero en el que voté yo, si hubiese votado ya, no habría podido votar de nuevo. Y las largas colas por los problemas de red certifican que había un control. En cualquier caso, creo que a nadie se le ocurría votar dos veces (aunque se hubiese podido), que se lo tomaban en serio, y sólo querían votar y que la votación fuese lo más correcta posible (para que se considerase el resultado), aparte de que para hacer las colas varias veces hay que tener muchas ganas...

    En todo caso, si hubo mesas o colegios (fueran 1 o 100) donde la votación no se realizó correctamente, se comprueba y si realmente hay irregularidades, se anulan sus votos y punto. Y supongo que los observadores internacionales lo habrían visto si hubiese sido algo masivo.

    Se dice que hay poblaciones en las que votaron más personas que las censadas. Se me ocurre que por las colas, el cierre de Internet, la retirada policial de urnas y el cierre de colegios... al abrirse el censo universal, puede que tal vez la gente quizás fuese a votar a otros pueblos (como de hecho oí en la cola del segundo colegio al que fui, una señora que había venido de otra población, y había intentado votar en otros 3 colegios, sin éxito).

    Qué poco cuesta lanzar hipótesis (o mentiras), hacerlas verdad y difundirlas, cuando no interesa la verdad, sino manipular y boicotear para imponer ideales...



    Dieron la misma noticia en Tele5 (aunque al menos allí no juzgaron explícitamente, sólo lo dejaron indicado...), y aparece varias veces en YouTube. En realidad es la llegada del material electoral a uno de los colegios. Evidentemente se intentaba hacer con la mayor rapidez, para evitar que fueran requisadas antes de empezar. Creo que es fácil imaginar que esas papeletas eran en blanco, que las habían metido en una urna vacía simplemente para transportarlas, y que luego las sacarían para ser usadas en la votación. Pero no, mejor asumir y difundir que ya habían metido papeletas del «Sí» antes de votar (y qué tontos que no cerraron esa urna con votos falsos y se les cayó...).


    Yo no he visto en ninguna votación tanta gente yendo a los colegios electorales para votar. Pero claro, para el Gobierno y algunos otros partidos "no ha habido Referéndum"... Entonces, si no ha habido Referéndum, si todo era una farsa, si no tenía ningún valor... ¿hacía falta enviar a la Policía Nacional y la Guardia Civil?, ¿hacía falta la violencia?

    En contraste, los Mossos d'Esquadra han antepuesto el servicio al ciudadano, la proporcionalidad, la protección, y la seguridad ciudadana (a diferencia del 2011 en el 15M). Y algunos han mostrado su humanidad emocionándose ante una represión y violencias totalmente desproporcionadas contra una grandísima cantidad de catalanes unidos y pacíficos.


    Los bomberos también han considerado que su deber era defender a los ciudadanos y la celebración del referéndum.


    Gracias a los dos cuerpos por priorizar en este caso la no violencia.


    Evidentemente hay muchos problemas sobre la mesa...

    Yo creo que gran parte de los problemas parten de que el Gobierno de España, escudándose en el apoyo judicial, confunde y hace confundir, intencionada y manipuladoramente, el (querer) votar con el (querer) independizarse. Que son, a mi entender, dos temas relacionados pero diferentes, y que por lo tanto deberían tratarse diferenciadamente.

    Una cosa es que en Cataluña haya una parte de catalanes que quieren independizarse del resto de España. Sin remontarnos demasiado en la historia (que daría mucho que decir), tras la dictadura de Franco este es un tema que durante muchos años ha sido ignorado. No en la acepción de "no saber algo o no tener noticia de ello", sino en la de "no hacer caso de algo o de alguien, o tratarlos como si no merecieran atención" (definiciones de la RAE).

    Desde las primeras elecciones tras la muerte de Franco, en 1977, hasta el 2010, pasaron 33 años en los que la independencia de Cataluña era algo muy minoritario, tanto en la política como en la sociedad catalanas. Y no se consideraba un tema a tener muy en cuenta... (ni siquiera la banda terrorista independentista Terra Lliure, fundada en 1978, que por suerte abandonó la lucha armada en 1991 y se autodisolvió en 1995, y que provocó 5 muertos resultado de sus más de 200 acciones armadas, 4 de ellos de la propia organización).

    Pero en 2010 la manifestación de protesta contra la sentencia del Tribunal Constitucional en relación con el Estatut de Catalunya fue la más multitudinaria con reivindicación de la independencia de Cataluña (1.500.000 personas según los organizadores, 1.100.000 según la Guardia Urbana, i entre 56.000 y 425.000 según algunos medios de comunicación).

    Y a partir de la manifestación de la Diada de 2012, durante 6 años consecutivos hasta ahora (2017), un número muy importante de personas, entre 1 y 2 millones cada año según Guardia Urbana y organizadores, se han manifestado (de forma masiva, cívica, pacífica y festiva) a favor de la independencia. Lo cual se tradujo también en una mayoría independentista en el Parlament de Catalunya en las elecciones catalanas.

    La cuestión es reconocer que hay una parte visible e importante de la población que quiere independizarse, sea o no una minoría (que sólo se puede saber realmente votando). De hecho, al no reconocerlo, ni siquiera se organizan grandes mobilizaciones a favor de permanecer en España (digámoslo en positivo, en vez de "en contra del independentismo"), como respuesta a las independentistas (aparte de algún que otro grupo de ultraderecha, extremista, fanático y violento).

    ¿Y por qué no ha habido manifestaciones masivas, cívicas, pacíficas y festivas que defiendan que Cataluña no se independice? ¿Y por qué no hay una Asamblea, una asociación popular, una entidad, que organice masiva y pacíficamente una manifestación que demuestre con millones de personas que hay una definitiva gran mayoría que deje en ridículo las movilizaciones independentistas de la Diada, durante 6 años consecutivos? ¿No hay interés? ¿No hay mayoría? ¿No hay convencimiento? No se sabe...

    En realidad hay que decir que sí se han convocado concentraciones contra el secesionismo, a nivel estatal o catalán, pero no han sido tan masivas. Para el 8 de octubre de 2017 sí que finalmente se hace una convocatoria que se prevé masiva (aunque parece que vendrá mucha gente de fuera de Cataluña), convocada por la plataforma Sociedad Civil Catalana (para la "mayoría silenciosa"), apoyada por el PPC (para los "catalanes de bien") y a la que se une Ciudadanos. Vuelvo a decir, que más que con convocatorias para demostrar que son mayoría, sería mejor votar (de forma legal, acordada y vinculante)...



    Un problema, en este caso prefiero llamarlo una situación, sólo se puede resolver si se reconoce. Luego se analiza, se comprende (aunque no se comparta), se consideran posibles soluciones, etc. Pero hay que empezar por identificar que hay una situación real que hay que tratar.


    Otra cosa es que una gran parte de los propios catalanes quieren que quede claro cuántos quieren independizarse y cuántos no. Y es que resulta que la forma más fiable posible de saber si son mayoría o no, es votando. Igual que en una asamblea, una reunión o unas elecciones, al final, para saber cuál es la opinión mayoritaria, se vota.

    Se intentó la consulta del 9N en 2014, pero fue suspendida por el Gobierno de España y el proceso participativo no tuvo valor alguno ni repercusión para el Gobierno o para el Parlamento españoles.

    Los votos independentistas fueron un 80,76% con 1.861.753 votos.


    Entonces se convocaron nuevas elecciones al Parlament de Catalunya para 2015, que se plantearon como un plebiscito sobre la independencia, resultando en una mayoría parlamentaria de partidos que defendían celebrar un referéndum sobre la independencia de Cataluña:
    • Participación: 74,95%.
    • Partidos a favor de la independencia: 47,80%, 1.966.508 votos (resultando en mayoría absoluta en el Parlament de Catalunya).
    • Partidos en contra de la independencia: 39,11%.
    • Partidos a favor del derecho a decidir: 59,25% (11,45% a favor del derecho a decidir pero no de la independencia).
    • Otros: 1,12%.


    Esto legitimó al nuevo Govern de Catalunya a organizar un referéndum sobre la independencia de Cataluña, con el soporte de los votos ciudadanos.

    Finalmente, en enero de 2016 Carles Puigdemont como President de la Generalitat organiza la celebración de un referéndum de autodeterminación para Cataluña el 1 de octubre de 2017.


    Bien, pues también se ha ignorado a una mayoría política y social, a una mayoría parlamentaria que tenía la celebración de un referéndum/consulta como un punto básico en su programa electoral. Se trata realmente del cumplimiento democrático del programa de los partidos más votados. Cumplir lo prometido, ni más, ni menos (cosa a la que no estamos muy acostumbrados...).

    Y esa negación de la realidad política y social, ha llevado a una prohibición al referéndum (con la correspondiente represión, acciones judiciales y penales, etc.), que ha acabado en una campaña por la abstención que acompañaba a la campaña del "Sí". No ha existido una campaña por el "No" a la independencia (aunque evidentemente ha habido catalanes que votaron "No"). Se ha obviado, mezclando votar con independizarse, que se podía votar "Sí", "No", en blanco, o no votar (tal como fueron repitiendo los que están a favor de votar). Incluso se podía realizar un voto no válido.

    Y al negar la posibilidad de un referéndum, se eliminó la posibilidad de negociación de las características de ese referéndum, de hacerlo legal, de definir sus parámetros, etc.

    Si se hubiese reconocido que una parte de catalanes quieren la independencia, el siguiente paso lógico hubiese sido saber cuántos son, ¿no? ¿Son muchos, pocos, una mayoría, una minoría...? Y luego, dependiendo de cuántos fueran, hacer una cosa u otra y ver cómo hacerlo.

    Luego hay un par de temas, que ya son consecuencia de los dos anteriores... Que el resultado de ese voto sea vinculante, es decir, que el resultado refleje ese derecho a decidirY que si el resultado es favorable a la independencia, se realice (o no) una negociación sobre esa independencia.

    Para que sea vinculante, tiene que ser legal. En este caso, la Generalitat defiende que el resultado es legal en Cataluña. Lo que es cierto es que las leyes (y la Constitución) deberían reflejar la situación social del momento. Y en una democracia, no debería ser difícil cambiar, eliminar o crear leyes (o artículos constitucionales) para reflejar la realidad y la demanda social. Y ya sabemos los manidos ejemplos de ilegalidades: el voto de la mujer, la igualdad de las personas negras, el divorcio, la independencia de India, la homosexualidad, la mujer en la universidad, el matrimonio homosexual, el aborto, y algunas independencias europeas... Todo ilegal. Hasta que se tuvo la voluntad de hacerlo legal.

    Una vez identificada, reconocida y cuantificada la situación, el siguiente paso es decidir (políticamente y por supuesto democráticamente) qué opciones solucionan, o al menos mejoran, la situación. Es decir, que el resultado de la votación se acepta y se actúa en consecuencia de acuerdo con la opinión mayoritaria. Y sea cual sea la opción ganadora, las dos partes deben encontrar un acuerdo (político y social) para llevar adelante la opción mayoritaria, respetando a la minoritaria.

    Si hay un "No" mayoritario a la independencia, no hay mucho más que hablar, las cosas se quedan como estaban (se convocan elecciones autonómicas, como está previsto), y los partidos nacionalistas pueden seguir trabajando por persuadir a la gente de que su opción es la más beneficiosa.

    Y si hay un "Sí" mayoritario, hay que contemplar, negociar y acordar opciones, por ambas partes. Opciones que pueden ir desde la independencia, y en qué circunstancias, hasta la permanencia en España, y en qué circunstancias, y en cualquier caso tocaría (re)definir las relaciones entre España y Cataluña. Y quizás realizar un nuevo referéndum que ratifique socialmente lo acordado políticamente.

    Pero todo parece mezclarse (intencionadamente, como decía) e ignorarse, resultando en una negación rotunda e innegociable a dejar votar. ¿Y por qué?

    Está claro que hay una cantidad importante de gente a favor de la independencia, y de realizar un referéndum. Con lo cual, la ignorancia del tema independentista por parte del Gobierno español, sólo se puede sustentar en intereses políticos (votos, postura de partido, ideología política), en intereses económicos (pérdida de ingresos), en ineptitud, o en negligencia. O en un poco de todo, que creo que es el caso.

    La respuesta estatal es la negación de la situación (son pocos, no se va a hacer un referéndum, no se ha hecho un referéndum, no tiene ningún apoyo...), la negativa (no es legal, ni puedo ni quiero permitirlo, no lo puede decidir sólo Cataluña sino todo el Estado, no es constitucional...), y la falta de propuestas o alternativas. Una negativa total basada sólo en excusas que encubren, entre otras cosas, una ideología nacionalista, patriótica, autoritaria, represora, unificadora de territorio, cultura e idioma. Ignorando el tema, se desprecia la posibilidad de dar argumentos (aparte de la legalidad, que se podría modificar si hubiese voluntad) que motiven y animen a elegir la opción unionista. ¿Qué se propone, qué se ofrece? Nada concreto.

    Como no hay independentistas (bueno, los que pueda haber son pocos, manipulados y locos), ¿para qué esforzarse en darles motivos para no querer separarse? ¿para qué promover una unión emocional, más allá de la administrativa? (más bien han promovido lo contrario, un desapego).

    Al menos, por la parte independentista se dan una serie de motivos, y se ha hablado muchísimo de las diversas ventajas (sin entrar en si son más realistas o menos) de esa opción. Mientras que por el otro lado, está el vacío, el "no es posible" y la prohibición legal. Bueno, y últimamente la represión, el uso de la justicia, los medios y la policía en vez de la política, y finalmente la violencia desmedida.

    ¿Por qué no un referéndum, cuando además se defiende desde el unionismo que el independentismo es una minoría y que saldría "No"? Pues yo creo que, aparte de ser eso un farol (seguramente para ganar tiempo y para ver si cuela), y aparte de que esa postura les da votos, no les interesa abrirse a la votación porque no sabrían qué hacer si sale el "Sí", así que mejor no probar suerte... Si el resultado es un "Sí" mayoritario, se crea un gran conflicto con sus ideales, sus principios, su cantera, sus seguidores incondicionales... Ante una posible mayoría masiva en un referéndum acordado y por tanto legal y vinculante, la independencia ya no se podría ignorar (ni nacional ni internacionalmente). Y no se podrían permitir prescindir de Cataluña (ni económicamente, ni por principios partidistas). Así que... "NO" (es legal), "NO" (se puede) y "NO" (quiero).


    Y no puedo dejar de comentar lo de la "fractura social", la "división de la población", la "ruptura de familias catalanas" y similares...

    Cuando se defiende una opción sin tener en cuenta la otra, eso es crear tensión, dividir, etc. Y eso es precisamente lo que hacen las opciones unionistas. Su argumento es que los políticos independentistas y sus seguidores están dividiendo, rompiendo, a la sociedad catalana por imponer sus ideales (locos e incomprensibles, claro), ignorando a los catalanes que quieren que Catalunya siga siendo parte de España...

    Muy bien. Y... ¿no es cierto exactamente idéntico argumento para la opción contraria? Los unionistas, los que no quieren ni plantearse una Cataluña fuera de España, los que menosprecian o incluso insultan a los independentistas, ¿es que no están también dividiendo a los catalanes, queriendo ignorar que una parte importante de catalanes no quieren ser españoles?

    El argumento de "no todo el mundo quiere la independencia" se puede contestar fácilmente con "no todo el mundo quiere seguir siendo parte de España"... la cuestión real y última es CUÁNTOS. Y eso sería, a mi entender, lo único, repito, lo único, que podría resolver el problema.

    Por una parte, si desde el independentismo se estuviera imponiendo algo (que en mi opinión no es el caso), no sería la independencia, sino una votación. ¿Y desde cuándo puede ser una dictadura una Generalitat que empieza proponiendo alternativas y negociación (concierto económico, cambio de financiación, los 46 puntos, el referéndum...), que se encuentra con negativas (aparte de acciones contra el Estatut, contra Leyes catalanas, contra el Corredor Mediterráneo, contra el AVE, etc.), con actos como el de la llamada "Operación Cataluña", con uso judicial y penal en vez de político...? En fin, ante todo eso, ¿es dictatorial hacer todo lo posible (incluso llevando al límite la legalidad) para poner unas urnas y que el pueblo decida cómo quiere que se regule su territorio, gane la opción que gane? (cosa que, por cierto, dijeron que harían si se les votaba y ganaban, y se les votó y ganaron...).

    Y por otra parte, permitir un referéndum es en realidad la mejor forma de no fracturar... porque en general cuando hay una mayoría (demostrada de la mejor y más objetiva manera posible, que es votando), el resultado es más fácil que se respete por todas las partes que si se habla de mayorías silenciosas (a favor del "No") o personas manipuladas (a favor del "Sí"), por ejemplo. Los catalanes independentistas han estado muchos años ahí. Siendo menos o siendo más en los últimos años. Ignorarlos y dar por supuesto (sin mucho argumento) que lo bueno, lo racional, lo lógico, lo beneficioso y por supuesto lo legal e inamovible es permanecer en España como Comunidad Autónoma... ¿eso no es fracturar, dividir, romper? Digo inamovible porque en la práctica la opción de independizarse está bloqueada, no sólo por el Gobierno español. Sería muy difícil (si no imposible) poder llegar a una mayoría y acuerdo suficientes para poder cambiar la (cuando interesa) sacro-santa Constitución.

    Además, como decía antes, lo que se plantea es un referéndum donde se puede votar "Sí" o "No" (o en blanco, o no votar)... ¿qué hay más integrador que algo que permite e impulsa la participación de TODOS, que tiene en cuenta a TODOS?


    Tras el 1 de octubre, Felipe VI, el Rey de TODOS los españoles, se tomó un par de días para decir algo al respecto. Destaco dos cosas:
    • Entiendo que no se puede posicionar en cuanto a la violencia policial, pero... ¿ni siquiera mencionar a los heridos (aunque fuese los de los dos bandos)?
    • "Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos.". Muy bien. Entiendo que se refiere a los no separatistas. Entonces, el par de millones de catalanes que sí lo son, esos sí están solos, ¿no? A esos, a seguir ignorándolos. En sintonía con el Gobierno y otros partidos, nada de proponer alternativas, soluciones, invitar al diálogo, a reconsiderar posturas.... o algo... Pues no, nada, el vacío.

    Pues sí, "nada nuevo bajo el sol"... Este tipo de acciones y palabras es lo que yo considero que realmente desune y rompe.

    Y lo de "romper la unidad de España"... vaya argumento sin argumento... como si la unidad estuviese por encima de la democracia... como si una supuesta unidad sagrada justificase estar juntos y mal avenidos... como si la unidad intocable fuese una razón por sí sola para no poder querer separarse...

    Intentar persuadir insultando, tampoco ayuda. Desde "polaco", "fenicio" o "judío" (mejor si se acompaña con "de mierda"), "habla en cristiano", "no compro productos catalanes", "ojalá os muráis todos", "catalanistas, cabrones, sois españoles", "catalanes, terroristas"... y de ahí para arriba.

    Y lo de "Marchaos a vuestro país" (pero de independencia ni hablar), y lo de "sois españoles" (asqueroso catalanes, así en general), con insultos varios... no pega, no... Sea como sea, palabras bonitas que a todos los catalanes nos encanta escuchar y que hacen desaparecer el independentismo.


    Noooo... (sea en sátira o en serio) así no se convence a nadie de quedarse contigo. Y promoverlo o permitirlo sin más (con comentarios y acciones desde la política, medios...), tampoco ayuda. Me centro aquí en los insultos hacia los que se quieren ir, por parte de los que no aceptan que te quieras ir, pero también son deplorables los insultos hacia España y los españoles, por supuesto y sin dudas.


    Es reconfortante ver por otra parte el apoyo social con manifestaciones desde varios lugares de España, en contra de la violencia sufrida en Cataluña (algunas de apoyo al derecho a decidir).

    Y es repugnante la respuesta de varios políticos y de bastantes medios, la falta de objetividad, la complicidad y justificación de hechos indefendibles, la falta de posicionamiento, el culpabilizar de todo a los independentistas, la manipulación de los hechos...


    Me sorprendió un poco que en el 1-O, durante la mañana y la tarde, sólo se trataba el tema en programas especiales de TV3/324 (claro), de la Sexta, de 8TV y de 24h (de TVE, y no entraré a valorarlo). En principio se supone que era un tema de importancia nacional, tanto... que se envió a la Guardia Civil y la Policía Nacional para controlar la situación y requisar todo lo relacionado con el Referéndum. Pueden estar horas retransmitiendo la boda real, pero algo así (se tenga la postura que se tenga), ¿no hay que mostrarlo, aparte de en las noticias?

    En este momento, Europa ha empezado a debatir sobre Cataluña, pero parece que, aunque hay varias críticas a la violencia, en general apoyan (o al menos no quieren enfrentarse) al Gobierno de Rajoy, cosa que ya era de esperar, dados los intereses políticos... y el riesgo a que sigan los pasos las otras zonas independentistas en diversos países.

    Encuentro un poco triste que Europa se haya mantenido silenciosa y prudente antes (comprensible), durante (incomprensible) y después (decepcionante) del 1 de octubre.

    La ONU parece que investigará los actos violentos de la policía española el día del referéndum... veremos.

    En todo caso el Gobierno español sigue en su negativa (no ha pasado nada, no voy a negociar nada), así que la acción de posibles mediadores entre Gobierno y Govern, a propuesta de Puigdemont tras el referéndum, parece que va a ser al menos algo muy complicado.


    Yo, que durante tantísimos años no he sido independentista, ni siquiera nacionalista, xarnego con familia y antepasados de varios puntos de España, que siempre me he considerado del Eixample, barcelonés, catalán, español y europeo (en ese orden)... que durante mis 6 años viviendo en el extranjero siempre me he definido, y sentido, como "Spanish, from Barcelona"... que no he estado nunca en un ambiente predominantemente separatista, ni de familia ni de amigos... pues no sé exactamente en qué momento, creo que fue algunos años tras mi regreso en 2006, empecé a sentirme cada vez más incómodo, más distanciado, menos identificado, con la sociedad y política españolas. Con mucha más intensidad a partir de la entrada de Mariano Rajoy en el Gobierno de España.

    Como cada comunidad (en España y en el mundo), y aunque cada persona es diferente, Cataluña también tiene una forma de ser, de hacer, una cultura, unas costumbres, etc., propias y diferenciadas. Bien, pues cuando comparo, prefiero el concepto Catalunya y lo que comporta, que el concepto España y lo que comporta.

    Y no, no creo que se me haya hecho un lavado de cerebro por parte de TV3, la Generalitat y los independentistas. Porque he visto en mi vida más canales aparte de TV3 (la mayoría de ámbito nacional, en castellano, y de hecho son los que he visto más), porque no me he movido en un ambiente independentista, y sobre todo porque me considero con, al menos, un mínimo de criterio (y suelo poner en duda y contrastar la información). A los que lanzan ese argumento para descalificar, se les podría plantear si quizás podría ser que al resto de España se les haya podido manipular con las mentiras y exageraciones sobre Cataluña y los catalanes... Unos ejemplos:



    Tele 5 - Ana Rosa

    Intereconomía - el hermano de Trapero 1


    Éstas son anécdotas. Pero anécdotas que se suman a años y años de mensajes y noticias falsas y exageradas, críticas destructivas, o generalizaciones, que lanzan mensajes contra Cataluña y los catalanes. Y lo he vivido en primera persona con comentarios negativos en Madrid y en Extremadura que no reflejan la realidad (partiendo del manido tema de que no se puede hablar castellano en Cataluña, o que los niños no saben hablar castellano, entre otras muchas chorradas). Y son comentarios generalizados en España, recibidos desde políticos y medios, y creídos a pie juntillas.

    Y no se trata de odiar España y a los españoles. En absoluto. Se trata de amarme a mí mismo y querer una oportunidad de "empezar de nuevo" y la posibilidad de estar mejor (a pesar de que inicialmente suponga un periodo muy dificil y duro).


    No hay que olvidar que la dictadura, fruto de un golpe de Estado (uno de verdad, no uno con urnas) con una terrible guerra, duró 40 años y tuvo muchos seguidores. Tras la muerte de Franco en 1975, la Transición y su Constitución (elaborada entre otros por franquistas) creo que fueron probablemente la mejor forma de seguir adelante y pasar a la democracia, en aquel momento y dadas las circunstancias. Un juego de bolillos para no despertar ni molestar a ninguna fiera y llegar a una solución de compromiso. Además se contaba con una monarquía restituida por Franco. Y todo siguió adelante, con el susto de otro golpe de estado el 23F de 1981, con un independentismo "molesto" e ignorado en Cataluña, y el terrorismo independentista vasco de ETA. El franquismo, el fascismo, quedó integrado, no abolido, ni prohibido (a diferencia del nazismo en Alemania). Personas con cargos franquistas quedaron simplemente absorbidas en el nuevo sistema sin revisión, sin criba, sin evaluación de lo hecho durante la dictadura.

    Y durante mucho tiempo esa ideología estuvo más o menos disimulada en una aparente normalidad, entre muchísimos otros españoles con otras muchas ideas... Pero veo que cada vez se manifiesta más (política y socialmente).


    Y el hecho de que haya manifestaciones ultraderechistas y no pase nada, que el Valle de los Caídos siga existiendo y sea un lugar sagrado y de culto para tantas personas e instituciones, que haya aún una Fundación Francisco Franco... y un largo etcétera que acaba (hasta ahora) con una represión exagerada del PP, apoyada o consentida por muchos otros partidos, por el Rey, y por gran parte de la población española. Hablamos de un partido heredero del franquismo, por muy centrista o centro-derechista que se proclame, y de una represión que recuerda ciertos comportamientos dictatoriales, que se salta la política para usar a jueces y policías para reprimir y evitar... una votación...



    Ya tenía claro que estoy a favor de la independencia, el 1 de octubre de 2017 voté, y voté "Sí". Y lo que pasó ese día ya me ha distanciado creo que casi definitivamente del resto de España, no sólo por lo sucedido, sino por la respuesta general de los políticos nacionales (muchos), votados y apoyados por muchos españoles.

    Evidentemente, quiero dejar claro que en el resto de España hay muchas excepciones, muchas, a todo lo que he escrito aquí. No pienso que todos los españoles fuera de Cataluña son iguales. Ni mucho menos.

    Yo, como catalán que está a favor de la independencia me siento, en general y sobre todo últimamente, bastante aislado, incomprendido y abandonado, no en Cataluña donde me encuentro cómodo con todo el mundo, sino en España y en Europa. Siento que el Gobierno de España se ha olvidado de mí en estos últimos años (excepto para ratificar que como catalán hago cosas).


    Y ahora dos vídeos para redondearlo todo:



    Y con esto acabo. Estos son momentos sobre los que no podía dejar de escribir. 

    A ver qué pasará... Pase lo que pase, algo tendrá que cambiar. Digo yo...