Todo el proceso de referéndum e independencia ha sido, y sigue siendo, un verdadero juego de estrategias. Lo ocurrido tras el referéndum del 1 de octubre (que comenté en una publicación anterior) es un apelotonamiento de hechos, acciones y reacciones.
Recapitulemos...
- 10 de octubre: se declarara la independencia en el Parlament de Catalunya; ésta se suspende inmediatamente por parte del President de la Generalitat para negociar con el Gobierno Español; se firma la declaración por los miembros independentistas del Parlament.
- 11 de octubre: Rajoy le pide a Puigdemont que confirme si ha declarado la independencia o no, y le da un plazo para responder y otro para volver a la legalidad, con la advertencia de aplicar el artículo 155 de la Constitución Española en caso de no hacerlo.
- 15 de octubre: Jordi Sánchez, presidente de la ANC, y Jordi Cuixart, líder de Òmnium Cultural, entran en prisión preventiva incondicional por ser acusados de delito de sedición.
- 16 de octubre: se cita como imputado al Mayor de los Mossos de Escuadra, Josep Lluís Trapero, a la Audiencia Nacional Española por un presunto delito de sedición, la fiscalía pide prisión incondicional, y la jueza Carmen Lamela le impone la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer quincenalmente.
- 16 y 19 de octubre: ir y venir de cartas entre President y Presidente.
- Durante octubre: empresas trasladan su sede social y/o fiscal fuera de Cataluña (algunas presuntamente presionadas por el Gobierno o por el Rey, aparte de aprobarse inmediatamente un decreto que facilita el cambio de sede social a las empresas).
- 21 de octubre: el Gobierno de España presenta las medidas de aplicación del artículo 155, que debe aprobar el Senado.
- 24 de octubre: se constituye la comisión del Senado para aprobar (o no...) las medidas de aplicación del 155 propuestas por el Gobierno.
- 26 de octubre: el Govern anuncia que el President va a disolver el Parlament y convocar elecciones (supuestamente autonómicas); el President de Catalunya comunica que no tiene garantías para evitar el impacto de las medidas del artículo 155, con lo que no convoca elecciones; se celebra el pleno del Parlament que estaba previsto, para debatir las implicaciones de la aplicación del 155; los partidos independentistas proponen ratificar el mandato del resultado del referéndum del 1-O (iniciando el proceso constituyente y proclamando la República Catalana, claro).
- 27 de octubre: se produce la votación en el Parlament, quedando aprobada la constitución de la República Catalana por 70 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones; poco después se produce la votación en el Senado, quedando aprobada la aplicación de las medidas del artículo 155 por 214 votos a favor, 47 en contra y 1 abstención; en aplicación del 155, Rajoy anuncia, entre otras cosas, el cese del President, el Vicepresident y los miembros del Govern, la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones autonómicas para el jueves 21 de diciembre (la fecha que toca según los periodos legales, siendo la convocatoria efectiva el 28 de octubre).
- 28 de octubre: se cesa y sustituye al Mayor de los Mossos de Escuadra, Josep Lluís Trapero; mensaje de Puigdemont (desde Girona) sin novedades.
- 29 de octubre: no pasa nada por parte del Govern (de hecho, todo el finde fue muy tranquilo, sin apenas movimientos del Govern); Theo Francken (flamenco), secretario de Estado de Asilo e Inmigración del Gobierno de Bélgica abre la posibilidad de que Puigdemont solicite asilo político en Bélgica (uno de los países donde un ciudadano de otro país europeo puede pedir asilo).
El Presidente Puigdemont puede solicitar asilo político. Nuestra legislación es clara: los europeos pueden solicitar asilo en Bélgica. |
- 30 de octubre: sólo un par de altos cargos cesados va a trabajar; el Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, anuncia la querella contra los miembros del Govern y de la Mesa del Parlament, por los delitos de rebelión, sedición y malversación; Puigdemont está en Bruselas, pero no se sabe por qué ni para qué; los partidos independentistas (PDeCAT y ERC), menos la CUP (pendiente de decidirlo), se presentarán a las elecciones del 21 de diciembre.
- 31 de octubre: Puigdemont habla en rueda de prensa desde Bruselas, explicando que no está allí para pedir asilo ni por temas políticos con Bélgica, sino por ser la capital europea, "para hacer evidente el problema catalán en el corazón institucional de Europa y denunciar también la politización de la justicia española", pidiendo a Europa que reaccione, y como protección hasta tener garantías de un juicio justo, además de pedirle al Gobierno que diga si aceptará cualquier resultado de las elecciones del 21 de diciembre; el 2 y 3 de noviembre deben declarar los miembros del Govern (Audiencia Nacional) y de la Mesa del Parlament (Tribunal Supremo).
- 2 de noviembre: el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena aplaza las declaraciones de Carme Forcadell y los otros miembros de la Mesa del Parlament (solicitado por los abogados por el poquísimo tiempo para preparar la defensa), bajo vigilancia policial hasta que declaren el 9 de noviembre; la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela no aplaza las declaraciones y decreta prisión preventiva incondicional sin fianza para el (ex)Vicepresident y los (ex)Consellers que no están en Bruselas, menos uno (Santi Vila, que se le aplica prisión condicional eludible bajo fianza); Jordi Ballart dimite como Alcalde de Terrassa y deja el PSC por su apoyo al 155.
- 3 de noviembre: la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, no admite que los miembros del Govern en Bruselas (acusados de rebelión, sedición, malversación, y se añade prevaricación y desobediencia a la autoridad) declaren mediante videoconferencia, tramita orden de busca y captura e ingreso en prisión, y dicta orden europea de detención y entrega, que recibe la Fiscalía belga (la cual pasará la orden a la policía belga para que localice, detenga y lleve a los acusados ante un juez belga que decidirá si deben ser extraditados o no).
Estamos preparados para cooperar plenamente con la Justicia belga después de la orden de detención europea emitida por España |
- 5 de noviembre: Los querellados en Bruselas se presentan a la policía belga (convenido entre la Fiscalía belga y los abogados de los acusados); un juez de instrucción los interroga (en neerlandés y no en francés, a petición de los acusados, quizás para que el juez fuera flamenco o por ser flamenco el abogado de Puigdemont, Paul Bekaert); el juez belga decreta libertad con medidas cautelares (retirada del pasaporte, libertad de movimiento en Bélgica, comunicar su alojamiento en Bélgica, y obligación de ir al juzgado cuando se les requiera) durante el procedimiento judicial (lo siguiente es que deberán comparecer el 17 de noviembre ante la Cámara del Consejo de Bruselas, el tribunal de primera instancia que decidirá sobre la detención y extradición a España de los acusados).
Y hasta aquí puedo leer... (más que nada por la fecha de publicación de este texto).
La Presidenta del Parlament y los miembros de la Mesa querellados: Carme Forcadell, Lluís Mª Corominas, Lluís Guinó, Anna Simó, Joan Josep Nuet y Ramona Barrufet. |
El (ex)Vicepresident y los (ex)Consellers querellados y encarcelados: Oriol Junqueres, Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa. |
Los (ex)Consellers querellados y encarcelados: Joaquim Forn, Meritxell Borràs, Josep Rull y Carles Mundó. |
El (ex)Conseller querellado, encarcelado y en libertad bajo fianza: Santi Vila. |
El (ex)President y los (ex)Consellers querellados que se encuentran en Brusellas: Carles Puigdemont, Clara Pontasí, Lluís Puig, Meritxell Serret y Toni Comín. |
Muy fuerte que la falta de política por parte del Gobierno (y compañía), y la falta de justicia (supuestamente independiente), se traduzca en violencia policial el 1-O, la imposición del 155, el Mayor de los Mossos cesado y sustituido, y 11 personas en prisión (10 en este momento), me temo que 6 más en breve, y 5 más que lo estarían si no se hubiesen quedado en Bruselas (y está por ver qué pasará). Ante la falta de política, legalidad (¿para qué algo más?). Quizás no era necesario encarcelarlos para evitar su fuga, ni para que no vuelvan a cometer los presuntos delitos, hasta que se les juzgue (como ha evidenciado la justicia belga).
En cambio, a tantos de los que han cometido otros delitos importantes (innumerables Tramas y Casos de corrupción desde el PP, pasando por Pujol o Millet, hasta Urdangarín y esposa) no les pasa nada (aparte de ser todo mucho más lento y prolongado).
Lo malo es que parece que esto sólo va de la independencia o con Cataluña. Creo que muchos no se dan cuenta de que esto va mucho más allá. Es un sistema, una actitud, una estructura política, una mentalidad, una indiferencia, una manera de hacer las cosas en España. Por supuesto que hay muchas personas que no caen en esa generalización, y otros están dándose cuenta y se están replanteando lo que se da por hecho, o lo que no es lo que parece, o lo que parece que no va con ellos. Pero lo peor es que hay una cantidad de gente, creo que aún mayor, que no sólo les da igual y pasan, sino que les parece bien y lo apoyan (en unos casos comprensiblemente por el lavado de cerebro y machaque continuo de medios y políticos nacionales unido a falta de criterio y/o de contraste de la información, en otros casos por convicción incomprensible).
Seguimos...
Estamos en dos realidades (República catalana independiente y aplicación del artículo 155 de la Constitución Española) que avanzan paralelamente. Y tenemos a los querellados (ex)miembros del Govern, unos encarcelados, en Bélgica otros. Una reinterpretación estratégica del "divide y vencerás"...
¿Podemos creer que el Gobierno español (y compañía) verdaderamente piensa que encarcelando a los líderes de las organizaciones sociales soberanistas y a todos los miembros del Govern elegidos democráticamente por el pueblo va a tranquilizar las cosas y a ayudar a solucionar el problema catalán? (sí, es una preguntar retórica...).
Por Real Decreto 944/2017, de 27 de octubre:
- Artículo 3: "el Presidente del Gobierno de la Nación", Mariano Rajoy, "asume las funciones y competencias que corresponden al Presidente de la Generalitat de Cataluña".
- Artículo 4: "la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra para las Administraciones Territoriales", Soraya Sáenz de Santamaría, "asume las funciones y competencias que corresponden al Vicepresidente de la Generalitat de Cataluña".
- Artículo 5: "el Consejo de Ministros asume las funciones y competencias que corresponden al Consejo de Gobierno de la Generalitat de Cataluña".
- Artículo 7: "el Presidente del Gobierno de la Nación delega las funciones que se le atribuyen el artículo 3 de este Real Decreto en la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra para las Administraciones Territoriales".
Respecto a la duración de las medidas de aplicación del 155 y el objetivo de "celebrar elecciones en situación de normalidad", ha sido significativo el paso de Rajoy y su Gobierno de convocarlas:
- en "un plazo máximo de 6 meses" (declaraciones del 21 de octubre y texto aprobado por el Senado el 27 de octubre), más casi 2 meses desde la convocatoria y disolución del Parlament hasta la votación, y más el tiempo que se tarde en formar el nuevo Govern tras la votación, que seria la duración efectiva del 155.
- "tan pronto como recuperemos la normalidad institucional", "ya veremos" (declaraciones del 21 de octubre).
- "la eventual adaptación de dichas medidas, en caso necesario, a las nuevas circunstancias que se aprecien a lo largo del ámbito temporal de su aplicación", "las medidas permiten su adaptación a las circunstancias cambiantes por cuanto se prevé la posibilidad de que el Senado pueda conocer de modificaciones y actualizaciones caso de ser precisas nuevas medidas para garantizar el orden constitucional" (texto de medidas del 155 del 27 de octubre), que permitiría prolongar el plazo de aplicación.
... hasta la inmediata convocatoria de elecciones el mismo día que se aprueban las medidas en el Senado (y se vota la constitución de la República catalana independiente en el Parlament... cosa que Puigdemont ya comunicó a Rajoy en su carta del 19 de octubre).
Pues bien... en cuanto el texto estuvo aprobado, Rajoy convoca las elecciones, sin esperar a la "normalidad institucional" que darían las otras medidas del 155... ¿Habrá recibido presiones (de Europa, su partido, el PSOE, Ciudadanos...)? ¿O ha sido un cambio de estrategia? En todo caso, creo que es lo mejor que ha podido hacer: convocar elecciones lo antes posible y mantener la intervención del 155 el menor tiempo posible (al menos en teoría).Que se presenten el PDeCAT, ERC y la CUP (que aún no lo ha confirmado, pero no lo descarta) a unas elecciones autonómicas, no parece muy coherente... Para estos partidos, Cataluña ya no es una Comunidad Autónoma del Reino de España, sino una República "como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social". Con lo cual, no parece tener sentido presentarse a unas elecciones convocadas y organizadas por el Gobierno de un país vecino... Pero en estos momentos ya no se puede partir de la lógica habitual...
Si no se presentasen, los partidos a los que se podría votar serían:
- Ciutadans (17,90% de votos*).
- El PSC (12,72% de votos*).
- CSQEP (8,94% de votos*) juntos o por separado [Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), Podemos y Equo].
- El PPC (8,49% de votos*).
- Con la desaparición de Unió, después podríamos encontrar partidos muy minoritarios como el PACMA (0,73% de votos*).
- Y, bueno, creo que aún hay tiempo para que nuevos partidos se presenten...
* en las últimas elecciones autonómicas, 2015.
Con ese panorama no sería difícil imaginar un apoyo mutuo Ciutadans-PPC (por ejemplo) para tener mayoría en el Parlament y Rivera (por ejemplo) como President de la Generalitat...
A pesar de que puedan considerarse ilegítimas o incoherentes (desde la perspectiva independentista), estoy de acuerdo en que es mejor presentarse a estas elecciones en vez de ignorarlas o intentar sabotearlas (cosa que eliminaría las posibles simpatías exteriores, y muchas interiores). Al fin y al cabo, son elecciones, la voz del pueblo, democracia. Así que igual que en el referéndum (ilegal e ilegítimo para el Gobierno y partidos unionistas) se pedía participación de TODOS, incluidos los partidarios del "No" y del voto en blanco, en estas elecciones (ilegales e ilegítimas para el Govern y partidos independentistas) también creo que deberían participar y votar TODOS (los que quieran, claro).
A pesar de que puedan considerarse ilegítimas o incoherentes (desde la perspectiva independentista), estoy de acuerdo en que es mejor presentarse a estas elecciones en vez de ignorarlas o intentar sabotearlas (cosa que eliminaría las posibles simpatías exteriores, y muchas interiores). Al fin y al cabo, son elecciones, la voz del pueblo, democracia. Así que igual que en el referéndum (ilegal e ilegítimo para el Gobierno y partidos unionistas) se pedía participación de TODOS, incluidos los partidarios del "No" y del voto en blanco, en estas elecciones (ilegales e ilegítimas para el Govern y partidos independentistas) también creo que deberían participar y votar TODOS (los que quieran, claro).
Ahora bien... si se presentan los partidos independentistas, ¿qué pasará si de nuevo consiguen mayoría? (como en principio sería de esperar... en principio...). ¿Se entraría en bucle con un nuevo referéndum (ilegal/inconstitucional) con su correspondiente declaración de independencia? No, ¿no?... En ese caso se me ocurren las siguientes opciones por parte del Gobierno:
- Ilegalizar a los partidos independentistas (ya ha habido una demanda, archivada por la Fiscalía, y parece que vendrán más), por no ser compatibles con la sacrosanta (cuando interesa) Constitución Española. Cosa que no creo que suceda porque sería inconcebible en democracia (creo que sería anticonstitucional), aparte de comportar muy malas consecuencias en el exterior de España (aunque no sé si eso les importa ya). Pero claro, visto lo visto, siempre pueden encontrar alguna forma de prohibir, cambiar la constitución, sacar un decreto, o algo...
- No meterse con los partidos ni con los programas independentistas (como dijo el Delegado del Gobierno, Millo), pero luego (por vía constitucional, legal, jurídica, y con todos los recursos habidos y por haber, seguramente al abrigo del 155) hacer imposible la puesta en práctica del independentismo. Es decir, se podría ser independentista, pero nunca independiente (vamos, como ahora pero con todo atado y bien atado para que no pase ni en sueños nada ni remotamente similar a lo de ahora, ni en Cataluña ni en ninguna otra Autonomía, claro). Bueno, en teoría se podría llegar a la independencia por los cauces legales, que en la práctica se bloquean sistemáticamente.
La segunda opción es una de esas incongruencias de nuestra democracia. Si un partido que propone algo que no es legal gana las elecciones, significa que la mayoría quiere eso. Y para que sea verdadera democracia, habría que al menos intentar ajustar las cosas para que esa propuesta se pueda cumplir. Vamos, lo que viene a ser dialogar, negociar (es decir, ni todo para ti, ni todo para mí)... Y siempre que se defienda de forma no violenta, y esté dentro de los derechos humanos, pues vamos a ver qué se puede hacer, ¿no? (pero claro, eso sería darle poder al pueblo y significado a la democracia).
En este caso he visto por primera vez de forma muy clara que, tras repetidas, masivas y festivas concentraciones populares (a favor de la independencia), un partido (la coalición Junts pel Sí) gana unas elecciones (con 39,59% de votos, el siguiente partido con 17,90%), consigue formar mayoría en el Parlament (con la CUP), pasa por un referéndum abierto a todos que confirme la voluntad del pueblo (a favor de la independencia, o no), y cumple lo que ha prometido en su programa (la independencia), llevando ese consabido mandato democrático del pueblo hasta las últimas consecuencias (prisión, fianzas millonarias, y exilio). Y todo sin violencia. Qué puede haber más democrático.
Otra cosa es que ese mandato democrático del pueblo no encaja con la legalidad del estado... Vale. Pues negociando y haciendo política se podía fácilmente llegar a hacer pasos hacia más autonomía o, en última instancia, a hacer un referéndum legal, para comprobar cuántas personas realmente quieren una cosa u otra, con las campañas y argumentos correspondientes (en las dos opciones). Pero no...
Y bueno, también habría otra opción en caso de que ganen partidos independentistas: que se tomen los resultados de las elecciones del 21-D (legales, con garantías, censo oficial, junta electoral, sin violencia policial, etc., por lo tanto quizás con apoyo adicional europeo o de más allá) como si fuera un pseudo-referendum o elecciones pseudo-plebiscitarias, obligando al Gobierno (de mala gana por supuesto) a una negociación (posiblemente con un posterior referendum com cal) con la posibilidad de autodeterminación.
En este caso he visto por primera vez de forma muy clara que, tras repetidas, masivas y festivas concentraciones populares (a favor de la independencia), un partido (la coalición Junts pel Sí) gana unas elecciones (con 39,59% de votos, el siguiente partido con 17,90%), consigue formar mayoría en el Parlament (con la CUP), pasa por un referéndum abierto a todos que confirme la voluntad del pueblo (a favor de la independencia, o no), y cumple lo que ha prometido en su programa (la independencia), llevando ese consabido mandato democrático del pueblo hasta las últimas consecuencias (prisión, fianzas millonarias, y exilio). Y todo sin violencia. Qué puede haber más democrático.
Otra cosa es que ese mandato democrático del pueblo no encaja con la legalidad del estado... Vale. Pues negociando y haciendo política se podía fácilmente llegar a hacer pasos hacia más autonomía o, en última instancia, a hacer un referéndum legal, para comprobar cuántas personas realmente quieren una cosa u otra, con las campañas y argumentos correspondientes (en las dos opciones). Pero no...
Y bueno, también habría otra opción en caso de que ganen partidos independentistas: que se tomen los resultados de las elecciones del 21-D (legales, con garantías, censo oficial, junta electoral, sin violencia policial, etc., por lo tanto quizás con apoyo adicional europeo o de más allá) como si fuera un pseudo-referendum o elecciones pseudo-plebiscitarias, obligando al Gobierno (de mala gana por supuesto) a una negociación (posiblemente con un posterior referendum com cal) con la posibilidad de autodeterminación.
Sería muy complicado y difícil pasar de las elecciones del 21-D a una situación de normalidad y de legalidad, pretendiendo que aquí no ha pasado nada, que es lo que parece que espera Rajoy y compañía. Bueno, por la fuerza, quizás sí sería posible...
Tras la votación del Parlament, no hubo grandes aspavientos por parte del Govern. No hubo momento de salida al balcón de la Generalitat (a lo Francesc Macià o Lluís Companys), ni retirada oficial de banderas españolas, ni decretos por parte del Govern, ni ningún gran movimiento de reafirmación... Y haberlo hecho creo que habría sido algo sólo para la galería, una mentira piadosa, un acto efímero sin más.
Porque sin acuerdo con el Gobierno, sin apoyo explícito exterior y con un 155 pendiendo sobre nuestras cabezas, reafirmase fuertemente como República independiente sólo habría provocado innecesariamente más acciones del 155 (a sumar a la prisión preventiva de los Jordis, el cese de Govern/Mesa del Parlament y sus querellas, el cese y sustitución de Trapero, la suspensión de la Llei de Transitorietat, la supresión de organismos creados por el Govern, la investigación de los alcaldes que apoyaron el Referéndum, la supresión de las delegaciones exteriores de la Generalitat, etc.), con una represión aún más fuerte gubernamental y judicial, quizás hasta represión más violenta y dura, quizás hasta con despliegue militar.
Finalmente un par de cosas más que se oyen mucho...
Muchos unionistas/constitucionalistas hablan del "odio hacia España" de los independentistas... Aparte de la generalización, estrictamente no sería incoherente querer independizarse de algo o alguien y sentir al menos cierta aversión hacia ese algo o alguien (que no creo que sea el caso; pienso que la mayor parte no siente odio en absoluto, sólo quiere ser independiente de España y punto... o es indiferente, o incluso tiene lazos afectivos con gente y lugares de España, o lo que odia es el gobierno español, la política española o el sistema de funcionamiento español... aunque hay una parte que sí insulta o habla en contra de España y los españoles).
Y en cuanto a que el independentismo y los independentistas enfrentan y rompen la convivencia, familias y amistades... es evidente que las diferencias están (con procés y sin procés, separados o unidos, se hable de ello o no), pero si hay roturas no es por culpa de los independentistas (ni por culpa de los unionistas). Como sabemos, "hablando se entiende la gente", y no estar de acuerdo no tiene por qué significar odiar al otro. Yo, por ejemplo, tengo amistades, familia y compañeros de trabajo que no son independentistas, otros sí. Y hasta ahora no se ha roto mi relación con nadie por causa del independentismo. Ni tiene por qué. Puedo hablar del tema o no, no estar de acuerdo, o estarlo parcialmente, y ya está. Es mi experiencia, que no sé si es representativa. La intransigencia, intolerancia, imposición y falta de argumentos (que más he visto, aunque no únicamente, en las posiciones unionistas), es lo que realmente dificulta el diálogo y facilita las rupturas, el enfrentamiento y la falta de entendimiento. Es decir, que lo que creo que verdaderamente causa esas rupturas no es el independentismo, sino las personas concretas y cómo gestionan (o no) las diferencias.
Ah, y a ver si llega el momento de hacer desaparecer la estelada (que nunca me ha gustado), símbolo del independentismo, y recuperar sólo la senyera. En principio la estelada será inútil y no tendrá sentido cuando la constitución de la República catalana independiente sea definitiva (si llega ese momento). Por ahora creo que aún se seguirán viendo por un tiempo...
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