Versión adaptada por Cristina Genebat y dirigida por Julio Manrique, de Dealer's Choice de Patrick Marber.
Se trata de una partida de cartas. Pero durante esa partida, y durante todo lo que lleva a ella, no sólo se pone en juego el dinero. Sobre el tapete de póquer, además de las fichas, los jugadores ponen y exponen un gran abanico de emociones, estados de ánimo, amistades, discusiones, viejas heridas, esperanzas, paternidad (real y figurada), dependencias, relaciones, mentiras y verdades... quedando en segundo plano quién gana o quién pierde a las cartas, ya que en realidad todos pierden, y todos ganan.
Se trata de una partida de cartas. Pero durante esa partida, y durante todo lo que lleva a ella, no sólo se pone en juego el dinero. Sobre el tapete de póquer, además de las fichas, los jugadores ponen y exponen un gran abanico de emociones, estados de ánimo, amistades, discusiones, viejas heridas, esperanzas, paternidad (real y figurada), dependencias, relaciones, mentiras y verdades... quedando en segundo plano quién gana o quién pierde a las cartas, ya que en realidad todos pierden, y todos ganan.
La obra es una compleja composición de lugares, personajes y relaciones, con el apoyo sonoro y de iluminación. Todo ello se presenta como un baile en el que cada paso está exquisitamente realizado, y cada movimiento entre los bailarines encaja a la perfección.
Los seis actores hacen una magnífica interpretación: Ramon Madaula (Esteve), Joan Carreras (Santi), Marc Rodríguez (Maxi), Andrew Tarbet (Frankie), Oriol Vila (Carles) y Andrey Benito (Ash). Son seis personajes con una personalidad muy definida, y muy diferentes entre ellos. Todos muy reales, totalmente creíbles. Todos hombres. Todos sin mujeres a su lado.
La escenografía está muy cuidada y los "juegos de ilusionismo" se hacen reales sin esfuerzo. En particular los cambios de escenografía están muy bien orquestados.
Incluso los sonidos son muy relevantes (y no me refiero sólo a la música), y son una muy buena aportación a toda la experiencia, ayudando a crear el ambiente adecuado.
Si quieres pasar dos horas muy bien pasadas, con risas, con tensión, viendo a seis actores hacer un magnífico trabajo, como si estuvieras viendo lo que está pasando en un restaurante a través de una mirilla secreta... si quieres disfrutar de buen teatro... te la recomiendo sin duda.
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