lunes, 24 de junio de 2013

Mi rinitis no alérgica y yo

Mi historial con mi rinitis se remonta a diciembre de 2011. Evidentemente ésta es sólo mi experiencia, que nadie se asuste (aprensivos e hipocondríacos que se abstengan de leer a partir de este punto; he avisado).

Al principio parecía una congestión invernal... que no se pasaba... Finalmente en mayo fui a mi médico de cabecera (creo que ahora se llaman médicos de familia): espray (que no me sirvió de mucho), analítica para un primer descarte o no de alergias, y radiografías. Tras ver que en el análisis y en las radiografías salía todo normal, me derivó al otorrino. Lista de espera... (la usual + recortes).

La cuestión es que el lado izquierdo de la nariz estaba permanentemente cerrado, y el derecho se abría y se cerraba cada x horas, a placer. Cuando todo estaba cerrado, tenía que respirar por la boca. Y, oh, cosas de la vida, no sé dormir respirando por la boca, resultando en que dormía una media de 4 horas cada noche (bastantes noches 2 o 3 horas... no lo recomiendo). El tormento era morirme de sueño y no poder dormir hasta que al lado derecho le diese por abrirse (a la hora que le pareciera bien, claro). Todo muy guay.

En agosto ya tuve la primera visita con el otorrino (grata sorpresa al entrar en la consulta y ver que el doctor en cuestión estaba de muy MUY buen ver): cornetes más grandes de lo normal, lesión en el orificio izquierdo (vamos, una especie de verruga) y tabique ligeramente torcido hacia la izquierda. ¡Línea!, seguimos para Bingo. Prueba de alergias para ver si era rinitis alérgica o no alérgica, y resonancia para ver el tema del tabique.

En diciembre, tras otra cita de control con mi otorrino, fui a la mutua del trabajo, para que me operasen más rápido. Pero no me convenció nada lo que me dijo el médico tras examinar mi nariz. Así que seguía con mi otorrino de muy buen ver.

Finalmente, en enero de 2013 ya quedó claro que me operaban, con anestesia general (por la verruga, a pesar de ser una operación sencilla y ambulatoria) y quedé en lista de espera prioritaria.

La intervención era una radiofrecuencia de cornetes, y básicamente se trata de quemar los cornetes con microondas, de forma que ya no crezcan y por tanto no obstruyan el conducto nasal. Y además había que extraer la verruga, que era lo más aparatoso por la sangre que fácilmente sale de la nariz. Además está la limitación del orificio por el que hay que intervenir. Así que para que tanto el doctor como yo estuviésemos más tranquilos durante la operación: anestesia general.

Con la tortura de la falta de sueño, fui de nuevo en abril a suplicarle a mi otorrino que me operase ya. Por desgracia había que seguir lista de espera estricta, pero al menos me hicieron las pruebas de preoperatorio (analítica, electro y visita al anestesista).

Finalmente el 23 de mayo (fecha memorable) ¡me operan! La noche anterior y esa mañana tenía que tomar unos medicamentos para ir preparado a la operación, que me dejaron bastante grogui. ¡Muchas gracias Carlos C. por llevarme al Hospital de Terrassa y devolverme a casa después! (en esa fecha mis padres estaban lejos de vacaciones).

La operación fue bien, unas tres horitas hasta que me desperté, pero la recuperación resultó más larga de lo que yo esperaba (y deseaba). Paciencia (es decir, más paciencia). Después de 4 días, viendo que la cosa iba para más largo de lo que yo ingénuamente creía, pillé la baja. Tenía visita de revisión con el otorrino el día 11 de junio.



Entre tanto, la noche del viernes 31 de mayo (otra fecha memorable...) tengo una cena en Barcelona. Al acabar de cenar, voy al aseo, y me sueno suavemente, resultando en una hemorragia que no había manera de parar. ¡Cómo quedó el aseo! (a la altura de las mejores pelis gore). Lo dejé lo mejor que pude, y me fui a urgencias del Hospital Clínic. ¡Muchas gracias Carlos L. por acompañarme hasta allí, y esperar hasta que me pilló la doctora por banda!

Creo que desde mis peores ataques de lumbago no había sentido tantísimo dolor. Qué tortura que te metan 3 o 4 gasas que parecían kilométricas, en lo más profundo de la nariz. Y para proteger el tabique de la presión de todo ese tapón del lado derecho, en el izquierdo me pusieron una especie de esponja rígida del largo de un dedo índice. ¡Alegría, alegría!


Tras la hemorragia y la noche en urgencias.
Me propusieron quedarme en observación toda la noche, y acepté encantado sumido en un mareo y el dolor. Apenas dormí, pero a las 8h mis constantes vitales (presión y temperatura) estaban bien, el dolor levemente disminuido con los chutes de calmantes, y me dieron el alta de urgencias. Paracetamol e Ibuprofeno para calmar un poco el dolor y antibiótico para evitar que se infectase todo. Reposo, nada de movimientos bruscos ni coger pesos, y comer cosas frías y suaves. Me fui a casa de mis padres.


Judías y brocoli,
frío y machacado,
y batido de frutas con pajita.
Tuve que mantener los kilómetros de gasa dentro de la nariz durante 4 días. Si la hemorragia revivía, habría que poner otro tapón más doloroso e incómodo (uf...). Si la cosa se complicaba más, intervención en quirófano.

El dolor y la molestia de esa nariz de Mr. Potato que queda después tampoco fueron muy agradables que digamos (incluyendo fuertes dolores de cabeza).


Al cuarto día con el tapón, fui a mi doctor para que me lo quitara. Al quitarlo, menos dolor que al ponerlo, pero Déu n'hi do... El tabique estaba hecho un desastre con la presión de las gasas, pero todo parecía bajo control. Reposo, hielo en la nuca, acabar el antibiótico, lavados con suero y se mantuvo la visita para el 11 de junio.

Encontrar las diferencias

Me explicó el doctor que al estar yo dormido durante la operación, aprovechó para apurar mucho más y asegurarse de que dejaba un buen espacio y que no se reproduciría el problema (normalmente, con anestesia local, no apura tanto porque el paciente está despierto). Quizás quedó una vena o arteria (no recuerdo) muy cerca y con la inflamación y tal, pues me tocó hemorragia (parece que sólo habían tenido un par de casos de hemorragia con este tipo de operación... ¡y me tocó! ¡Bingo!).


Evolución de la hemorragia y el tapón.

Tras quitar el tapón la cosa mejoró mucho, ya no estaba tan hecho polvo, y ya no había dolor fuerte, sólo molestias. Bien. El doctor me puso en la nariz una especie de cartoncillos con un olor muy fuerte y algo desagradable, que se deshacían al cabo de unos días. ¡Y por suerte mi nariz iba recobrando su tamaño original!

¡Qué sensación oler de nuevo! Todo olía muy intensamente. Alguna pequeña hemorragia de tanto en tanto, nada grave. Al cabo de unos días me fui a casa y el día 10 de junio de madrugada... ¡hemorragia gorda de nuevo! En el lado izquierdo esta vez. ¡No, no, no, no, por favor, no! Papel, hielo en la nuca, cabeza en alto, presión en la nariz... pero no paraba... ¡No, no, no, otra vez no! Sólo de pensar que me tuvieran que poner otra vez un tapón, me cogió una angustia y un temblor muy fuertes. No sabía qué hacer, ni dónde ir... Me puse a dar vueltas en la casa con papel higiénico en la nariz, totalmente bloqueado. Además no sabía dónde ir a urgencias en mi barrio (sin tener que ir en coche, claro).

Me vestí y fui al CAP de mi zona. De camino me saqué un momento el papel de la nariz y seguía sangrando un poco. Llegué y no había urgencias (estaba cerrado) pero vi un cartel que indicaba los dos CAPS donde habían urgencias esa noche. Busqué en el Google Maps del móvil dónde caían y cuál quedaba más cerca y me fui para allá... Después de andar un rato volví a comprobar y parecía que ya no sangraba... ¡Uf! Me fui para casa, más hielo en la nuca y me mantuve despierto un par de horas, por si acaso... Dormí un poquito y me fui a la visita que tenía con el otorrino, aún temblando.

Después de revisar, el doctor vio que la cosa estaba delicada... muchas costras de sangre y la nariz muy reseca. Pomada, lavados suaves de suero y visita en una semana.

Sin más hemorragias, el 18 de junio el otorrino vio que todo tenía mucho mejor aspecto, y ya lo dio por bueno. Pedí el alta y al día siguiente, ¡a trabajar! ¡Y por fin al gimnasio de nuevo después de varios meses!




Total, que ha sido toda una experiencia, que por suerte ya ha quedado atrás. Ahora es toda una nueva sensación esto de respirar y dormir (esas cosas que hace la gente normal...). Notar tanto aire de golpe en las fosas nasales, hasta da cierto dolor... Ya puedo salir por la noche, llegar tarde a casa... ¡y dormir! Ya puedo comer y beber sin tener que respirar por la nariz... ¡o besar si se diese el caso!

En fin, como me dijo alguien una vez: "Respirar es importante". : )


¡Muchas gracias a los que más o menos seguisteis mi operación y la hemorragia y me ibais preguntando cómo estaba!

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