viernes, 1 de noviembre de 2013

CUENTOS CRUENTOS (teatro)


El principio es desconcertante. ¿De qué va esto? ¿Qué están haciendo? ¿Qué está pasando?

Nadie aplaudió tras el primer cuento.


Luego vas entrando en calor, te vas metiendo en el ritmo, en los intérpretes (tanto de cuentos como de música), y empiezas a disfrutar.


El espectáculo se podría resumir como "tres personajes que nos cantan una serie de cuentos muy modernos (y cruentos), acompañados de un cuarteto de cuerda". Pero no es exactamente eso.


No es una obra de teatro al uso. No es un musical. Tampoco es un concierto. Lo importante no son los actores. Ni las canciones. Ni la música. Ni siquiera los cuentos. Lo realmente importante es el encaje de todas las piezas en un solo espectáculo, que lo enriquece y lo hace una experiencia fuera de lo común.


La interpretación de los tres "protagonistas" es impecable. No sólo son fantásticos cantantes sino que además son magníficos actores, cambiando de registro a cada cuento y entre cuento y cuento.


Al excelente cuarteto de cuerda se le da la relevancia que merece y realmente disfrutas de la música en sí misma. Además, en algunos casos sus intervenciones aportan al espectáculo ciertos toques de ingenuidad y frescura.


Los cuentos están basados en los tradicionales, pero transportados a la vida y problemáticas actuales, y con desenlaces nada parecidos a un final feliz: crueles, tristes, y hasta escatológicos.


En todo caso el humor es una constante que siempre reaparece a lo largo de la obra.


A veces resulta difícil entender la letra cantada, y hay que agudizar el oído y hacer cierto esfuerzo extra para seguir el texto. Pero en general las historias se comprenden bien.


Se completa la experiencia con cierta interacción con el público, que hace una serie de pequeñas aportaciones a lo largo del espectáculo. Si sumamos que vi la obra en un pequeño teatro (el Teatre Gaudí de Barcelona) donde tienes a los actores a pocos metros, la sensación es mucho más interesante.


Total, se trata de una obra muy diferente a lo que estamos acostumbrados: humor, sarcasmo, canto, música, frescura, interpretación, provocación, interacción... La actuación de todos los artistas, tanto los actores/cantantes como el cuarteto de cuerda, inmejorable. Un espectáculo muy dinámico y divertido sin finales felices. ¡Totalmente recomendable!





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