sábado, 10 de noviembre de 2012

SI DE VERDAD QUIERES...

Más que correcta. No es una gran película en sí, pero los dos grandes actores protagonistas (Meryl Streep y Tommy Lee Jones) le dan la fuerza y la calidad necesarias para que llegue a ser una película que no me arrepiento nada de haber visto.

No es una película de acción sorprendente, no es una película de misterio que te mantiene en vilo, no es una película con una fotografía impresionante, no es una película de miedo escalofriante, no es un melodrama de a moco tendido. Es una comedia. Y realmente hay varios momentos que me han hecho reír a carcajadas. Pero no esperes ver una "peli de risa".

Es una peli humana. Una peli muy cotidiana. Sin aspavientos, sin grandes sorpresas, sin momentos efectistas. Con situaciones muy cómicas, y con situaciones muy serias. Como la vida misma.
En realidad es simplemente la historia de dos personas y un momento en su vida. Eso es todo. Y eso es lo que realmente le da todo el valor a esta peli. Han sido suficientemente inteligentes para no meter más. Para no distraernos con grandes paisajes, con grandes sorpresas, con grandes misterios... son solamente Kay y Arnold, Arnold y Kay. Ni más, ni menos.

Ni los hijos, ni siquiera el doctor (Steve Carell) tienen la mínima intención de quedarse con algo de protagonismo. Todos los personajes secundarios, todos (que son muy pocos), están ahí únicamente para hacer que la historia de Kay y Arnold fluya. Nada más. No sabemos nada del resto de los personajes. Ni hace falta. Y en este caso se agradece. Se agradece porque te permite centrarte verdaderamente en los dos protagonistas y en su historia.



No hay un bueno y un malo. Son sólo dos personas, dos personalidades. Incluso se deja cierto misterio sobre por qué uno de ellos ha llegado a ser como es; qué pasó para que acabase siendo así.

Es una película que te invita a la empatía. La fantástica interpretación de los dos protagonistas te hace sentir lo que ellos sienten y ponerte en su piel. Y no hace falta haber estado casado 30 años para reconocer lo que ocurre o reconocerse a uno mismo dentro de una relación de pareja. O a tus padres, o a tus tíos, o a tus amigos.

Y es una película que te invita a pensar. ¿Por qué dejas que la monotonía te arrastre a ti y a tu pareja? ¿Por qué no haces nada para evitarlo? ¿Por qué pasa de ser una relación de pareja a ser una relación de compañeros de piso? Te hace pensar en lo que tú has hecho, en lo que no has hecho, en lo que harías, en cómo lo harías...

El final es lo que menos me ha gustado. No está mal, pero tal vez es un poco facilón para mi gusto.

Total, que la encuentro muy recomendable si no esperas nada en concreto y simplemente te dejas llevar por los personajes y sus sentimientos. Y quizás, sólo quizás, te sirva para plantearte o replantearte algo sobre ti mismo.

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