sábado, 19 de noviembre de 2016

UN MONSTRUO VIENE A VERME

Esta vez voy a empezar con las pegas.

Por una parte, es drama, muy drama y mucho drama. Y es muy dura, sobretodo si alguien ha pasado por algo similar últimamente. Pero no, no, eso no es lo malo. Eso me parece muy bien (llorar es muy sano, aunque a mí me dé vergüenza hacerlo en público). Lo malo es que es un drama esperado. Es un drama donde ya sabes qué va a llegar, y llega casi clavado a como te lo imaginas. Aunque no por ello se pierde dramatismo (para mí y para todos los gemidos, sollozos y narices sonándose que se oían en la sala de cine).

De hecho, dándole un poco la vuelta a la pega, se consigue mantener la tensión dramática en escenas que se han "anunciado" y que la gente ve venir muchísimo antes. Supongo que es un signo de realismo ya que la situación que se cuenta en la película, en la realidad se puede vivir de forma similar. Pero la profunda tristeza que genera nuestras lágrimas no creo que surja de la maestría de hacernos llegar a ese punto, sino de escenas que ya de por sí son duras y dramáticas.

Hasta llegar al clímax de la peli y el desenlace, la película es lenta. No se me llegó a hacer pesada, pero es muy lenta. Sí que pasan cosas, y hasta hay un monstruo, ya lo sé, pero... está contado como una clase de mates, más que como una aventura. Le falta sorpresa, dinamismo, giros inesperados, contrastes, no sé... algo.

Más pegas... pues que el encuentro inicial del monstruo con el niño me parece muy exagerada y poco creíble (no desde el punto de vista de la interpretación sino del guión). El niño se muestra entre valiente, pasota y hasta un poco chulito frente a un ser enorme y que parece poco amigable. Vale. Pero cómo puede ser que no le dé ni pizca de miedo ese encuentro con un monstruo, y cuando ya le tiene confianza resulta que le aterroriza verle extender sus ramas por todas partes y rodearle con ellas. Mal...

La interpretación del padre (Toby Kebbell) me parece que no da mucho de sí. Y la de la madre (Felicity Jones), aunque me parece buena y creíble, es también un poco plana (se le da básicamente una faceta y se queda en su superficie). De hecho, no se profundiza en ninguno de los personajes, excepto el del prota, lo que evita que conectemos con ellos de una forma más personal y profunda (inconveniente especialmente en el caso de la madre y de la abuela).

OJO! (pequeño) SPOILER EN EL SIGUIENTE PÁRRAFO
Hay otra escena muy poco creíble: cuando el que acosa y pega al prota (que por otra parte no sabemos por qué lo hace), de repente y sin explicación, deja de hacerlo. Sólo tiene sentido por hacerlo encajar con el cuento correspondiente. Ni se justifica, ni sería usual que sucediera así. ¿Es posible?, pues sí, claro, podría pasar. Pero rechina un poco.

El monstruo está muy bien trabajado. Y me parece muy bien lo de que el niño use la fantasía para superar la situación (a lo "El Laberinto del Fauno") y llegar a la verdad, pero quizás no hacía falta darle tanta contundencia y espectacularidad, tanta que sin ello (el monstruo y lo que le envuelve), poco quedaría de la película, ya que la historia en sí es bastante sencilla. En realidad, toda esa parafernalia no complementa a la historia de base, sino que sucede en paralelo, más o menos independientes las dos. Sólo al final la historia del monstruo decide encajar y tener más sentido e impacto directo en la historia real.

Y para acabar con las pegas... a ver... si sobrecargas la película de dramatismo, por activa y por pasiva, en todos y cada uno de los personajes de la familia por una cosa o por otra... entonces no intentes meter chistes, por buenos e ingeniosos que sean, porque no funcionan. Los oyes, puedes reconocer que son graciosos (en otro contexto), pero no te ríes. Y al final, casi me molestaban porque no me aportaban nada... ni aligeran el dramatismo, ni aportan un punto de ironía, ni nada. Creo que sobran.

Bien. Además de todo eso, también hay muchas cosas positivas.

La interpretación del prota (Lewis MacDougall) es muy buena, demostrando la rabia de ese niño y su relación con su madre, y también la de la abuela (Sigourney Weaver), que es un personaje con algo más allá, aunque no se profundice mucho en él. Y hay una breve intervención de Geraldine Chaplin, que no sé si sería necesaria, pero le da un toque

Técnica y visualmente es extraordinaria. La escenografía muy conseguida, la fotografía muy trabajada, los ambientes y la atmósfera te meten realmente en la historia. Y hay que destacar los efectos especiales, claro. Y aunque los cuentos que cuenta el monstruo en sí no me parecieron muy elaborados, su animación visualmente es una maravilla, preciosa y delicada.



Como comentaba antes, y haciendo el símil con una montaña rusa, desde el inicio tuve la sensación de estar en una horizontal, con muy suaves subidas y bajadas. Pero, OJO! SPOILER EN LA SIGUIENTE PARTE DEL PÁRRAFO, a partir de cuando la madre anuncia que su situación es terminal (el clímax que comentaba antes), la montaña rusa de repente se precipita vertiginosamente, gira en tirabuzón y todas las emociones más o menos contenidas hasta entonces, empiezan a removerse y a florecer.

OJO! SPOILER EN EL SIGUIENTE PÁRRAFOAl final, el hecho de que la madre también conozca al monstruo me deja con la duda de si ese era también el recurso fantasioso de la madre para manejar su sufrimiento, o si la coincidencia reside en que el hijo también tiene cáncer... 

OJO! SPOILER EN EL SIGUIENTE PÁRRAFO
Destaco muy especialmente una escena que me parece muy buena: en plena vorágine durante el último cuento que Connor debe explicar al monstruo, y su avasallamiento para que el niño diga lo que piensa y siente de verdad, en plena caída en picado, de repente se produce... el vacío... un silencio absoluto lleno de contenido, de emoción, de pensamientos. Genial.


Y lo mejor seguramente es la enseñanza que proporciona la historia. Es una situación dura, sobre todo para un niño, y es una buena lección de vida que nos da qué pensar.

Ciertamente, tras varias lágrimas (que habrían sido muchas más si hubiera estado solo) salí del cine un poco tocado, acongojado. Pero con el concepto de la superación, de la verdad, de la honestidad emocional, de que las cosas no son como parecen, de la superación, rondando por mi cabeza.

No me parece planteada sólo como una película para adultos, pero por su dureza dramática tampoco diría que es una película para niños. De todas formas, seguramente podría tener un buen papel educativo en niños para tomar más consciencia de cómo poder atravesar y superar una situación como la planteada en la peli.

En definitiva, la recomiendo; si tienes un poco de paciencia al principio, si aprecias los detalles técnicos y visuales, y si te dejas llevar, seguramente saldrás del cine pensando en cosas profundas, que siempre es bueno.

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