Empieza bien. Algo ñoña. Bien. Y tras los primeros minutos, poco a poco el cóctel de música, canto, humor e interpretación te va atrapando canción a canción. Y te das cuenta de que, muy inteligentemente, cada paso en el escenario, cada gag, cada melodía, es un guiño al espectador, que se va dejando llevar.
En cuanto a la historia, no voy a dar ni siquiera pistas, porque vale la pena verlo sin saber nada sobre lo que ocurre. Sólo voy a decir que la primera impresión va a ser sólo la primera; tanto la historia como el tono van cambiando bastante a lo largo de la obra.
No es simplemente una obra de teatro musical. Es un espectáculo muy original, que sorprende a varios niveles: calidad, agudeza, interpretación, frescura, humor, un giro en la trama... Se trata de una comedia musical que no pretende ir más allá de ofrecer un entretenimiento centrado en la música y hacer pasar un muy buen rato. Y lo consigue. Y lo hace de una manera muy sencilla: con un argumento que se podría explicar en 75 segundos, y que se enriquece de tal manera que los 75 minutos que dura se hacen cortos. Y no nos va a importar a qué se dedican los personajes, cómo es su personalidad o qué pasado tienen... ni siquiera sus nombres.
En esos 75 minutos se hace un repaso a 75 canciones conocidas (unas más, otras quizás un poco menos), todas correspondientes a momentos de amor o desamor.
Aunque inicialmente pueda parecer que no, son tres actores en el escenario. Sí, tres: Karen Gutiérrez, Manuel Ramos y Didac Flores. Y los tres hacen una interpretación magnífica. Sí, los tres. Didac es el director musical pero interviene como actor, y es una gran sorpresa multifuncional: además de actuar, demuestra su maestría tanto musical como vocal, complementando a los otros dos actores-cantantes. Y tanto Manuel como Karen demuestran su talento interpretativo con muy buenas voces, además de un muy buen rollo, que saben transmitir.
La puntual interacción con el público en varios momentos, y ya desde el principio, ayuda a crear una cercanía con los personajes, e incluso más allá, con los actores. De hecho, el tercero en discordia es un puente perfecto entre personas y personajes en el escenario a lo largo de la obra.
Si quieres ver un espectáculo musical de calidad que te sorprenda y te haga reír, te recomiendo sin duda que no te pierdas "Lo tuyo y lo mío". Disfrutarás de que te lo canten. Así que si vas a ir, no dejes que te lo cuenten.