Era la celebración de las 100 funciones de esta obra, coincidiendo con el día de Sant Jordi, día de los enamorados en Catalunya. Muy adecuado.
Pude comprar el libreto, firmado por el autor y director de la obra, Guillem Clua, hicieron un 2x1 para parejas que llevaran libro y rosa, o que se diesen un beso frente a la taquilla, regalaron chapas de la obra, y finalmente hubo un sorteo de una noche para dos personas en una masía del s. XVIII. Que, por cierto, no me tocó.
Esta vez yo estava sentado más cerca del escenario. Y pude añadir algo importante a la experiencia que tuve la primera vez: ver las lágrimas de Bruno (Albert Triola), y creo que incluso de Àlex (Ramon Pujol), que lo tenía un poco más lejos.
Si ya tenía claro que son dos grandes actores y que realizan una interpretación magnífica, las lágrimas de Albert Triola entre dos momentos cómicos, haciendo alarde de versatilidad y flexibilidad, no solo reafirmó mi opinión, sino que además me acercó más a los personajes, a su vivencia, a sus sentimientos.
Hubo también un pequeño guiño al día de Sant Jordi (en relación con un libro que aparece en una escena); simplemente un par de palabras añadidas al diálogo, que a los que ya habíamos visto la obra, nos hizo mucha gracia.
Y poco más que añadir. Una obra que hay que ver.
:-)
Por cierto, me hizo gracia volver a ver a los dos actorazos en la presentación del "20è Memorial Internacional de la SIDA, Projecte dels Noms", donde actué como miembro de la coral Barcelona Rainbow Singers. Aunque eché de menos la camiseta de tirantes y la camisa de cuadros... :-)